El consumo de medicamentos de marca blanca, que con un menor precio tienen los mismos efectos terapéuticos, alcanzó los 26,49 millones de envases en 2018, frente a los 26,8 de 2014. Se trata de casi 305.000 unidades menos y todo pese al aumento de la edad de la población y de los enfermos pluripatológicos que aumentan los consumos. La razón reside en que hasta hace tres años, la venta dispensación de genéricos tenía preferencia sobre las marcas en igualdad de precio. Si bien, en 2016 se modificó la norma, lo que ha frenado la incorporación de genéricos de nuevos principios activos y el repunte, en cierta medida, de la dispensación de marcas, explicaron fuentes de la Consejería de Sanidad.
A ello se une que en los últimos años los principios activos que pierden la patente y pueden convertirse en genéricos cada vez son menos importantes, y que la guerra de precios provoca que los laboratorios apuesten por unos más que por otros, por lo que piden un marco regulador que potencie un sector que ha permitido un ahorro estimado de hasta 20.000 millones de euros en España.
En cinco años, el consumo de genéricos ha perdido peso de manera progresiva. En concreto, un 1,14 por ciento en envases dispensados, al pasar de 26,8 a 26,45, mientras que el gasto se ha mantenido, con un ligero incremento del 0,88 por ciento, al evolucionar de los 170,98 a los 172,49 millones de euros. El cambio de rumbo se observa a partir de 2015, año con ventas de 27,06 millones de envases, que fueron ya 26,8 en 2016, y 26,4 en 2017. En importe, se pasaron de los 170,9 millones de euros de 2014 a los 177,45 de 2015, momento en el que el dato comienza a caer a los 174,9 millones en 2016; 172,61 millones, en 2017, y los 172,49, de 2018.
Al analizar los consumos, se observa que en cuatro de las nueve provincias repuntaron los datos de manera testimonial. El mayor aumento se dio en Palencia, un 2,53 por ciento, hasta 1,94 millones de envases dispensados; en Soria, un 1,61 por ciento, hasta los 984.830; en Burgos, un 0,96 por ciento, hasta 3,17 millones, y en Valladolid, un 0,14 por ciento, hasta los 5,52 millones. Por importe, hubo descensos en Zamora, con una caída del 4,38 por ciento, hasta los 14,3 millones; en León, un 2,11 por ciento, hasta los 35,6 millones; y en Salamanca, un 0,42 por ciento, 23,15 millones.
Pérdida de peso
Esta evolución refleja, en consecuencia, la pérdida de peso de las marcas blancas sobre las especialidades, tanto en importe como en volumen. Así, si en 2014 los genéricos representaron el 55,54 por ciento de los envases dispensados, el año pasado la cifra se redujo al 51,11 por ciento. La caída ha sido paulatina, con un 55,39 por ciento en 2015, que al año siguiente se cerró con un 53,81 por ciento y en 2017, al 52,18 por ciento. En cuanto al importe, pasaron de representar un 27,03 por ciento de la factura hace cinco años, a un 24,83 en 2018. El descenso fue también progresivo, con un 27,73 por ciento en 2015; un 26,5, en 2016, y un 25,46 por ciento en 2017.Por provincias, sólo en seis los genéricos acaparan mayor porcentaje que las especialidades. Es el caso de Ávila (54,64 por ciento); Palencia (55,31 por ciento); Segovia (55,15), Soria (55,15), Valladolid (55,46) y Zamora (52,20). Mientras, en Burgos (46,65 por ciento), León (46,17) y Salamaca (49,36), las marcas blancas fueron superadas por la dispensación de especialidades.
En cuanto al importe, en ningún caso superaron la barrera del 30 por ciento. Lo datos más elevados se registraron en Ávila (28,14 por ciento), Segovia (28,23) y Palencia (28,02), y los más bajos, en Burgos (20,82), León (23,22) y Salamanca (23,27). En Zamora el porcentaje fue del 25,28 por ciento; en Valladolid, del 26,98, y en Soria, del 27,24.