A nadie se le oculta que ayer había un sueño aún más ambicioso. No se descartaba que La Fabricona se llevara la victoria en las cuatro categorías: En ligeros y pesados los líderes son locales; en medios estaba La Roca, que venía de ganar en Posada de Valdeón tras su regreso y en semis siempre se puede esperar una tarde en ‘Perla’ de Rodri, pero conscientes de que ahí el sueño era más sueño pues Tomasuco está imposible.
Pero todo se torció por el camino. El grito de dolor de Moisés rompió todos los sueños y sembró todas las preocupaciones. Ya había vencido David en ligeros y La Rocase media a su presidente y amigo, El Ingeniero, en la previa. Llevaba un fuerte vendaje en la rodilla pues todos sabían que tal vez regresó de su lesión antes de tiempo para estar precisamente este sábado en casa. En una caída sin mayor riesgo, normal, Moisés hizo un gesto de dolor, se echó las manos a la rodilla y... Rubén Ponga, que ha estado en la hierba y en la grada, fue contundente: «Se jodió la temporada».
Tristemente seguramentetenga razón. Desde aquel momento en el corro había otro ambiente, otro clima, por más que pocos segundos después Adri el del Villaventevolvió a dar otras lecciones de buena lucha, dejar en el ambiente nuevos tutoriales de la cadrilada con las dos piernas para llevarse el corro con suficiencia derrotando precisamente en la final al citado Sergio. Si en Valencia supimos lo que íbamos a disfrutar con el regreso de Moisés, en Cistierna lamentamos lo que vamos a perder.
Nada más producirse todo el mundo tuvo la sensación de que la lesión de rodilla de La Roca era preocupante Disfrutó el público en semipesados, aunque seguía metido en los cerebros el grito de dolor de Moisés, con otra exhibición de Tomasuco, al que ayer el bombo exigió que se ganara la leyenda que le acompaña teniendo que medirse a los mejores de los nueve que ayer saltaron al centro. El primer combate fue para averiguar si Rodri estaría en modo Perla, no lo pudimos saber pues Tomás estuvo en modo arrasar y en pocos segundos aquello acabó.Le esperaba Rubo en cuartos y tan solo le pudo arrancar la media caída inicial; Liquete se batió con todas sus armas en semifinales y le sumó brega y cansancio... Y para rematar, Sansón, al que preguntaban por los cohetes de celebración después del duro camino seguido por Tomás el del Uco. No lo tenía nada claro el noble luchador de Valdearcos, que echaba balones fuera: «Es que con lo perseguido que está ahora tirar cohetes, por lo del fuego, igual no es el mejor día».
Y no lo fue, pese a que sí logró darle una de esas cadriladas suyas a cámara lenta que resultan imparables cuando le entra el hidráulico. Pero existía la sensación de que Tomasuco iba a tirar de poderío... y tiró.
Sigue como se fue. Imbatible, imparable, invicto.
Dos de la fabricona
Y ya va siendo hora de tener en estima la lucha que hace David Riaño, juvenil y campeón senior, que saltó de luchador revelación a campeón bajo la atenta mirada desde la grada de Víctor Llamazares. David no solo fue sobrio y efectivo, falseó un par de mañas como si tuviera el doble de edad, le dio la vuelta a caídas en las que iba vencido con la facilidad de los que lo saben hacer. Sus combates contra luchadores tan distintos comoFer, Javier Sancho, Rubén Cerezal y Jorge Iglesias en la final son tutoriales de cómo se defiende y cómo se gana. Ojo al guajede Chucho.Y cerraba la tarde de esperanzas de la fabricona el luchador que más ha crecido en esa casa: Pedro Alvarado, el kamikaze que cada tiene más cabeza y más confianza. «Y más fuerza», apuntaba el siempre sincero Unai, que añadía: «A mañas le lucho, pero tiene una fuerza tremenda y cada día está mejor». Pedro lo sabe y lo reconoce, pero tenía una curiosa preocupación: «El año pasado vino mi madre e hice la mayor cagada de toda la Liga. Ha vuelto a venir...».
Y el resultado no se pareció en nada, fue fundirse en un abrazo que delataba que el Alvarado Muñoz había sacado lo mejor de sí mismo y va logrando un más que interesante colchón de puntos, que ya son 26 que le dan mucha tranquilidad cuando sólo restan seis corros.
Tal vez quien más problemas le planteó a Pedro fue Jorge el de Villacorta (ojo, mucho ojo al juvenil), a Víctor J. le dio una mediana cuando VJ le posó después de sacarlo arriba que el de Villaquilambre aún está pensando y con Unai volvió a ser una batalla a cara de perro. Después de la primera caída quedaron los dos exhaustos, no sabían a quién atender y el bueno de Pedro señaló que primera a Unai. Y es que él es duro como una peña. Y Unai poco menos.
Después remató Pedro con solvencia, dejando en la fabricona el buen sabor de boca que sucedió al disgusto.
‘Las invictas’ suman otro corro y al carrusel de medios se sube Luzma
«Y nos dieron los diez... y los once»; que son los corros que llevan seguidos ‘las invictas’: Priscila y Cecilia, en ligeros y pesados. Ya solo les quedan cinco para el pleno que todo apunta a que tienen ‘a tiro’ pero «el que carretea vuelca...» decía el gran Tasio. Ellas, la verdad, están poniendo mucho de su parte. Le llamaba la atención al ex luchador Rubén Ponga la ‘seriedad’ con la que calentaba Priscila, aunque comprobó pronto para qué, pues no tocó el suelo ni con Natalia, ni con Sandra, ni en la final con Ainoha. Parecido fue para Cecilia aunque Lucía sí logró darle media caída en la final y ponerla nerviosa, aunque pudo superar el bache y sumar otro corro más, otro menos para el pleno.
Medios sigue siendo un carrusel a tres del que una queda apeada. Este sábado fue Edi la apeada, por Bea Riaño, para caer la de Cistierna en una preciosa final con Luzma, que además del corro vuelve a ser la líder. El carrusel sigue girando.