Corro de La Vecilla: 'David volvió 14 años después para recordar que "Uco I soy yo"'

Emotivo y emocionante regresó de Davizuco, que ganó un corro después de 14 años alejado, y acompañó a su hermano Tomasuco, David y Adri

Fulgencio Fernández
08/08/2022
 Actualizado a 08/08/2022
Davizuco fue el gran protagonista de la tarde en su tierra, La Vecilla. | BARREÑADA
Davizuco fue el gran protagonista de la tarde en su tierra, La Vecilla. | BARREÑADA
Decíamos ayer... en Gradefes, la importancia de la sangre. Servía la entradilla para el corro de hoy en La Vecilla, en este caso con ‘el compuesto Uco’, esa familia de luchadores que a su nombre añaden el Uco de su famoso abuelo, seguramente el tipo más conocido de la comarca, el maderero que te puede empezar a contar historias hoy y acaba en el último corro de la Liga. De nevadas y bichos en el monte, de inventos para camiones, de paisanos singulares y de lucha leonesa. Noventa espléndidos años dan para mucho.

Y muchas historias de lucha. Tantasque ayer, en su honor, regresó a los correos David, Davizuco, que llevaba muchos años retirado, desde aquella fatídica lesión en Lillo. Y le hizo honor al abuelo, pese a tener que irse a pesados.

En semipesados estaban los otros dos: Alberto, Albertuco, que se prodiga de vez en cuando; y Tomás, Tomasuco, el buque insignia de la casa (en la actualidad, que antes lo fue David). La primera alegría ya había sido ver que había nueve inscritos, una cifra asumible.

Davizuco se apartó de los corros tras una gravísima lesión en Lillo, hace 14 años, y regresó ayer con 36 añosY las miradas puestas en Tomás que, a todo lo apuntado, sumaba el estar en casa, luchar en su pueblo. Todavía está fresca la imagen de cuando debutó en senior, con cara de niño, y se metió en la final de medios. Desde ahí se fue construyendo el campeón que ahora es y el que muchos apuntan como mejor de la actualidad. No se iba a permitir ayer ninguna licencia en el pueblo de Uco y suyo. Por eso, muchos dijeron en la grada «uff» cuando se le pasó la rosca de un voleo ycayó debajo con una media para el de El Ferral. Las dos cadriladas con las que respondió, una con cada pierna, no tardaron más de cuatro segundo en llegar, entre las dos. Y ya estaba en la final.

Por el ‘otro carril’ iba Albertuco, también con buen paso, pero en su camino en las semifinales se le cruzó Rubo y se quedó a las puertas del combate de los Ucos. Volvimos así a la final clásica de este año. Rubo-Tomasuco, hasta el momento con pleno del de La Vecilla. Había ganas entre los dos, no se le puede negar a Rubo que lo volvió a intentar pero, como decía Miguelín, «no se le ve por donde le entra el agua al coco». Logró el de Valdorria una media pero la caída definitiva lo explica todo: Saca Tomasuco arriba, aguanta Rubo cuando lo posa, le tira una cadrilada con la derecha, la aguanta, le tira otra con la izquierda... y se acabó. Es la definición de la suma de vendaval y ganas. Y Ramiro, el padre, mira feliz y le entrega el trofeo de la cuarta plaza a Albertuco, que no está mal para el debut.

En pesados, ya se sabe, hay miga. Y súmale en La Vecilla a Davizuco, también con su leyenda, el hombre que se las estaba teniendo tiesas con Clemente cuando cayó en Lillo tras un grito de dolor que presagiaba lo que pasó. No es su peso, no se sabe de su estado de forma, pero nadie duda de su calidad. Y redebuta con un clásico, Álvaro Quiñones, con 109 kilos. Y gana 2-0 con solvencia. Ya está en semifinales y allí le espera el otro Quiñones, Jesús. Le trancó la mediana David, la aguantó Jesús pero aprovechóque se desestabilizó y le llevó con clase. Se acabó el tiempo y el otro Uco, que antes fue el uno, ya estaba en la final.

Por el otro carril iban Pedro Alvarado y Víctor J., los que parecen jugarse la Liga (junto a Unai) y fue nuevamente Pedro quien se ganó el estar allí. Una final que celebraba la grada pues al ser de «los de semis» se supone más lucha.

También ganó Tomasuco para ‘brindar’ ambos por el abuelo Uco, que se repone tras estar hospitalizado Pedro hizo de Kamikaze. Arrancó con todas las ganas del mundo. David con toda la calidad que atesora y cuando Pedro trabó la mediana «lo dejó colgado de la brocha», quedó debajo. Insistió Pedro con un tranque (nada le acobarda) y ahora sí remató, empató y dejó las incertidumbres en todo lo alto. Vamos.

David había aprendido la lección y supo que en lucha es muy importante intuir lo que va a hacer el rival y él pareció tenerlo claro. Intuyó que Pedro iba a repetir la fórmula que le dio el anterior empate, le esperó, lo enroscó y se quedó de rodillas dando gracias al dios de la lucha que le permitió este momento. Cuando quiso reaccionar le estaban abrazando, le querían sacar a hombros, pero la emoción le podía. No es para menos, así regresan los grandes campeones. 14 años después y parece que fue ayer.

Después de la emoción a David le quedaba una visita, acompañado de Tomás, al abuelo Uco, que en casa esperaba noticias mientras se repone de sus achaques de salud. Cuatro tardes como la de ayer y el paisano está como nuevo.

Por cierto, que nadie vea en el titular ninguna pelea familiar por ser el Uco I, el más feliz ayer era Tomasuco... bueno, igual después de Ramiro.

Ya contamos el final, la emoción, la sangre y el hecho histórico. Vamos con el principio y la alegría de ver a 19 luchadores a los que pronto David dejó claro que la plaza de ‘Padre’ la quiere para él. Fue un avance dejar en el camino a Jorge Iglesias, una de las alternativas y el mejor luchador de la historia del Bierzo.En la final le esperaba un chaval que ya se merecía la alegría de verse en una final, Javi Sancho. Lo merece por lucha, por deportividad, por presencia... pero David está iniciando otra Liga.

La misma que parece jugar Adri el de Villavente, que entre que eran pocos y cómo está de forma consumó su triplete de este fin de semana, en el que quien más le puso en aprietos ayer fue ese Sergio que siempre sabe cómo darle una caída a cualquiera. A por la otra.
Lo más leído