Corro de Riaño: No era día, ni corro, para 'Desconocidos'

Para la lucha, que en estas tierras es la vida, Riaño siempre fue escaparate. También antes de tener desde el corro vistas ‘al mar’ y sus barcos, cuando la lucha era pradera también era el escaparate en el que se querían mostrar los grandes de todas las épocas. En su hierba se escribieron leyendas de ilustres pero como consecuencia de ese escaparate al que asomarse siempre había sorpresas, luchadores que llegaban de incógnito y escribían una página grande, como El Ingeniero Rodríguez Verduras cuando aún su apodo era El Estudiante o, sobre todo, aquel que nadie conocía e hizo «una trilla enorme de rivales».  

- ¿Cómo te llamas?; pregunta la mesa para saber quién era el autor de la gesta.
- Apunta El Desconocido.

Y como tal figura en el legendario de este deporte ese desconocido que con el tiempo se supo que se llamaba Aníbal y era de Redipollos.La tradición es ley en la lucha y siempre hay quien en Riaño quiere ser El Desconocido, el que da la sorpresa... pero tal y como están las cosas resulta que Víctor Llamazares, Moisés Vega y Tomasuco no están por la labor. E intentos sí los hubo que, como dicen los clásicos, «el intento no está penado». Pero es eso, intento.Al menos solo fue intento este domingo en Riaño, donde los líderes no quisieron sorpresas ni Desconocidos. El intento en ligeros lo protagonizó el joven Florián Yugueros, también campeón de bolos e inédito esta temporada por su trabajo en Aitalas. Volvió casi por la puerta grande, se metió en la final después de una vibrante semifinal frente al berciano Jorge Iglesias... pero en la final le esperaba  tranquilo El Hombre Tranquilo Víctor Llamazares, al que el chaval David Riaño dio tanta guerra en semifinales que llegó a ver una amarilla por pasividad. Pero la maña final de la final, a Florián, un saque a vueltas eterno y espectacular con cruce final deja muy claro que el de Valderrueda quiere marcarse un Miguel el de Campohermoso y acabar la temporada invicto. En ello está.En medios los Desconocidos son viejos conocidos: Adri, Adrián Fierro, Busi... y Chelín, José Luis García, cada día más luchador y que le dejó una bella estampa de presentación ante Rubén. Espectáculo puro. Pero en la semifinal estaba Moisés y, como decía Busi después de caer ante él: «Uff, cómo está». No extraña la expresión después de la mediana que le había sacado, tremenda, por más que el de Valverde la intentó evitar.Nada que hacer. Tampoco Adri en la final, al que no se le puede negar que sale a por todas, pero no las encuentra al chocar ante una Roca que lucha con un viejo cinto pues se muestra convencido de que le da suerte.Por cierto, la semana que viene está de vacaciones. Padre no está en casa, la puerta abierta, ¿quién entra?Casi se podía ‘cortar y pegar’ lo de Moisés para Tomasuco. Y encima Rodri sumó en el primer combate del peso un inoportuno resbalón a las dificultades que a día de hoy supone tratar de tirar al de La Vecilla, que es como sujetar el agua con un cesto lleno de agujeros, no se sabe por dónde va a atacar Tomás, todo lo que intenta le sale y da una sensación de poder que intimida a los rivales. Rubo lo intentó todo también en la final, fue vistosa, se disfruta, pero al final, como se decía antes de los alemanes en fútbol... la copa es para Uco.Pesados se presentaba como el peso ‘más abierto’, otra vez. El Desconocido podría ser el más viejo conocido, Roberto R. Bulnes, el luchador local, el chaval de Nicasio, que venía de ganar en Villavente con peso se semipesados. Su presencia hizo que los espectadores se olvidaran del frío y esperaran. Estuvo a las puertas, se metió en la final con Pedro Alvarado, como en La Sobarriba volvieron a estar a caída y media pero sí allí fue definitivamente Bulnes quien levantó el dedo al cielo para mandarle la victoria a Nicasio este domingo quedó con la cabeza entre las manos en la hierba del corro; esta vez la caída de la verdad se la había llevado Pedro, un tipo valiente hasta la osadía. Y la lucha se lo pagó con victoria.

El corro que se ganó Cecilia en la radio y ganó en la hierba

Vaya por delante un cambio evidente en la lucha femenina. Los aplausos que con frecuencia cosechan en nada se diferencian de los de los chicos, son de la misma intensidad, que es importante sabiendo de dónde venimos.

Y en ese cambio no solo están las campeonas, que claro que sí, sino muchos gestos y combates, mañas para el recuerdo, como una de Edi a Bea, como la raza de Isa disputando la final a Bea. O la batalla, ya en el suelo, de Ciclón Cecilia y Lucía en pesados. Por cierto, la final de medios pues ‘La niña’ tiene un contencioso con Sandra y se apunta en la categoría superior a su peso. Tendrá que volver a ligeros, es lo natural.

En ligeros ganó nuevamente Sandra. La de Valdesogo está en la élite de la lucha libre y se nota, suma técnicas de ambas y es muy complicado posarle la espalda cuando se coloca abajo; de ahí la imposibilidad de Miriam y Ainoha de «moverle la silla».

Disfrutó la grada en medios. Hubo de todo. El combate entre la pelirroja Bea y la gemela Edi es de los que hay que guardar como publicidad de la lucha femenina; y también esa final en la que Isa ‘La Niña’ se negó a entregar la cuchara sin pelearlo hasta el límite con Bea, que ganó otro corro más y encara su segunda Liga.

Los nervios de Cecilia en la espera de luchar en pesados no se vieron en el corro donde fue lo que lleva en su nombre, un ciclón, al que solo plantó cara Lucía en semifinales, al darle una entera de la que la de Yugueros se recuperó con rabia y lucha en un corro que ella misma había propiciado con su reivindicación en este mismo lugar en el programa La ventana.