Corro de Villamoros de las Regueras: 'Y Chucho dejó de fumar'

Primera victoria del jovencísimo David Riaño, que derrotó a Víctor y ganó junto a los líderes: La Roca, Tomasuco y Alvarado

Fulgencio Fernández
27/09/2021
 Actualizado a 27/09/2021
El jovencísimo David Riaño, que ya venía avisando de su calidad, dio la gran sorpresa al derrotar en la final al ya campeón Víctor Llamazares. | SAÚL ARÉN
El jovencísimo David Riaño, que ya venía avisando de su calidad, dio la gran sorpresa al derrotar en la final al ya campeón Víctor Llamazares. | SAÚL ARÉN
. Todavía resonaban los aplausos que con todo merecimiento se había ganado el jovencísimo David Riaño al imponerse en la final de ligeros al gran Víctor Llamazares, El Hombre Tranquilo de Valderrueda, cuando su padre, Jesús Riaño, apuraba un cigarro en las cercanías del corro. Lo apuraba con ganas y una gran sonrisa.

- ¿Los nervios?
- No. El último.

Y es que el bueno de Chucho, que así le llamaban cuando luchó y dejó el grato recuerdo si no de un gran campeón sí de un paisano noble, le había dicho a David: «Cuando ganes a Víctor dejo de fumar». Tal vez pensaba que se lo fiaba largo pero eso día llegó incluso antes de lo que él creía. Y como Jesús es de los que cumple su palabra apuraba con ganas ese último cigarro, antes de que acudiera a exigirle que haga lo prometido la otra luchadora que tiene en casa, la pelirroja Bea, estudiante además de Medicina, por lo que no hay más salida que «dejar de fumar». Tres en una:Ganar a Víctor, ganar el corro, el primero, y quitarse de un vicio que nada le estaba dando.

Yganó David, que llevaba todo el verano avisando, a lo grande, luchando como sabe y dominando a quien generalmente domina pues El Hombre Tranquilo de Valderrueda nada pudo hacer;es más, no le dio ni media caída y recibió tres, una entera y dos medias.

Todo apunta a que ha nacido un gran luchador, aunque ya había nacido, pero ahora lo puso negro sobre blanco. «Es muy bueno, me ganó», reconoce Víctor, que no es nada de escudarse en disculpas ni siquiera en recurrir a que la noche del Provincial pudo haber sido larga.
Cierto que el Provincial pasó alguna factura. Rubo estaba en la grada pero no luchó después de la conmoción en la plaza de Cistierna, Rodri ni apareció, Caberín reconocía que aún le dolía todo y andaba con una mano hinchada... en fin.

Pero quienes no quieren saber nada ni de resacas, ni de disculpas, ni de maturrangas son Moisés y Tomasuco. Lo suyo, sobre todo este año, es ganar y ganar, pero no de cualquier manera, pasan por los corros literalmente arrasando, tienen confianza en sí mismos y lo mismo dan que falsean. La cabeza hace mucho y estos se nota que se ven muy fuertes.

Y como la cabeza hace mucho lo mismo que a ellos se les ve andares de ganador hay rivales que se nota que se comen mucho el tarro con qué hacer para revertir esto. Adri el de Villavente, luchador de los de verdad, mientras piensa en qué hacer parece no notar que Moisés le va enroscando, se le muestra agarrado a la hierba como La Roca al mar y su cara lo dice todo. Algo que no le ocurre a Diego Arce, que sale a dar la cara y si se la parten son gajes del oficio. Lo volvió a hacer ayer y cuando mira para el corro le puedes leer el pensamiento: «En León vuelvo».

El caso de Tomasuco es la fotocopia y además no estaban ni Rubo ni Rodri... por lo que fue bregando y se vio en la final con Sansón Cabero. N oculta la grada que tiene ganas de ver ganar al de Valdearcos, un tipo que se hace querer... Pero no fue posible. «El Hidráulico ya no funciona como hace 10 años, el desgaste se nota», dice El Faraón, al que también se echa de menos en las explicaciones de lo que ocurre porque es de los que regala imágenes y expresiones. No le faltaba razón y el hidráulico de Sansón no pudo con ese Uco que arroya. Llegó el comandante y mandó parar.

En pesados, a Caberín todavía le dolía el cuerpo del sábado y a Pedro Alvaradoel alma de ver cómo había caído a las primeras de cambio... y en su pueblo otra vez, con su madre.

Con el habitual show de El Tigre en medio, que se metió en semifinales tras una trabajada victoria ante Víctor J., llegaron al combate definitivo, a la final, Caberín y Pedro, el campeón provincial y el líder, el reventado y el que venía a reventar... Yya se ha dicho que la cabeza manda mucho. Pedro Alvarado sumó un nuevo corro y no podrá decir que fue mal año aquel en el que ganó su primera Liga. Caberín, con 35 años, ya suma muchas y mira hacia atrás con una sonrisa y mucha complicidad con todos.

Ya solo queda la recta final y sólo un campeón por decidir, el de medios, pero Moisés lo tiene a tiro.

Lucha femenina


Hubo femenina. Y hubo tela. En ligeros la hierba le demostró a Isa ‘La Niña’ Justel que jamás debía haber abandonado la categoría de ligeros, porque es la suya, y a los contratiempos se responde con lucha. Se agarró con Sandra, se temían como siempre, pero Miriam, que las conoce bien les pitó pasividad y avisó de que seguiría castigando (¡cuánto pueden hacer los árbitros si quieren!) y ese aviso lo activó todo, salió la mejor Justel, se metió en la final y sumó otro corro.

Medios tenía dos nombres:Bea, que buscaba completar la tarde redonda de los Riaño, y Priscila, reciente Campeona Provincial que, además, luchaba en casa. Se metieron las dos en la final, se enfrascaron en una batalla abierta... y Priscila está siendo la noticia más feliz de esta recta final, no por ganar corros sino por cómo los gana. Y eso que va bastante justa de peso en medios. De lo que no va justa es de raza.
- ¡Qué pena!;decía Bea, pensando en la imposible tarde redonda.

Para quien todo marcha «redondo» es para La Ciclón. La buena de Lucía no encuentra el antídoto a la lucha, el entusiasmo y esa cadera fulminante de esa Cecilia que preguntaba nada más acabar: «¿Gané la Liga?».

Escuchar que sí le arrancó una sonrisa que casi nunca se le borra, pero sí se le puede agrandar. Como esta vez.
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