Dos de los nuevos santos se estrenan en el santoral: David Riaño, en ligeros y Unai del Campo; un tercero prolonga su reinado en semipesados, Tomasuco y el cuarto, que irrumpió por sorpresa en el corro, lo hizo para convertirse en santo y Papa de la congregación: Clemente XIII, El Junco de Tendal.
Y es que , a la hora de presentarse medios, saltó la sorpresa: Con el número 3 Clemente Fuertes. No había luchado en todo el año y el año pasado dos corros. 42 años. Había sido el Campeón Provincial más joven de la historia en 1996, el ligeros, antes de cumplir los 17 años, con 16.
Clemente batió más récords, era el campeón provincial más joven con 16 años y es el más veterano con 42 Y ganó. Y escribió otra página más de la historia al batir de una tacada varios récords. Al del campeón más jovensuma ahora el del más veterano; también bate otro que le hará mucha ilusión como apasionado de la historia de la lucha, el de más años de diferencia entre el primer provincial y el último ganados, en poder de Eutiquiano Urdiales (de 1945 a 196%), que estaba en 20 años y lo sube a 26. Y un tercer hito, es Campeón Provincial en tres pesos pues en medios pese a haber ganado la Liga no tenía ninguna hébilla de plata en este peso.
¿Y Clemente XIII? Pues 13 son los títulos que acumula.
Provocó su presencia ideas encontradas. Unos decían que «se equivoca, los años no pasan el balde» y otros, como Nacho, opinan que «nunca hace nada por hacerlo, tiene un plan».
Pronto sabríamos quién tenía razón pues el bombo le emparejó en la previa con Adri, su alumno, al que algunos llaman El Junquín, de La Soba, su amigo, con quien a veces entrena... pero se equivocan quienes creen que Clemente conoce a nadie en el centro, nunca lo hizo, siempre fue luchador a cara de perro y de jugar sus cartas. Comenzó dando Clemente una media de brega, de tener un plan, de dejar claro que no «pasaba por allí» pero le respondió Adri con una entera de poderío, raza y un ya campeón de Liga, de alumno aventajado. Arranca después Clemente otra media de una cadrilada que no remata y llega la hora de la verdad... y la polémica. Un largo agarre, un toma y daca y a la hora de la verdad, cuando Adri parece que lleva ventaja todo se da la vuelta. Entera para Clemente. Adri ‘enloquece’, avisa a los árbitros, está seguro de que el viejo zorro se soltó disimuladamente para volver a agarrarse mejor y así le dio la vuelta. Parte de la grada también lo percibió pero no hay vuelta atrás. Desde esa parte de la grada insisten algunos (¿y el árbitro que estaba de ese lado? ¿se había entretenido en hablar con el público?)... Ganó Clemente y hasta la final dio un recital de mañas, dejando en la última un sobaquillo de los suyos, de los que son dignos de abrir la puerta de la historia como había hecho, una vez más, Clemente Fuertes, El Junco de Tendal.
Unai, justicia poética
Antes de Clemente hubo un campeón esperado, David, y después otro, Tomasuco; pero el final de la tarde, ya fría, deparó lo momentos más emotivos con la victoria en pesados de un pura sangre: Unai del Campo, El Potro de Puebla de Lillo. Este chaval dicharachero y abierto, de los que crea buen rollo, llegó haciendo planes: «Víctor J. no vino, yo libro en la previa... total que gano la final a Pedro» y éste, que escuchaba, bromeaba: «No se si marchar ya para casa, está todo dicho».
Lo curioso es que el corro se pareció mucho al guión soñado por Unai. Sólo que él tuvo que tirar al pujante Jorge y Pedro fue directo a la final al quedar eliminados Edgar y Álvaro por empatar a cero.
Pero Unai lo había ‘soñado’ así y siguió el guión en otra final para el recuerdo, frente a Pedro Alvarado, que hizo sentir a quienes quedaron a soportar el frío que merecía la pena. Fue un combate de lo que saltan los tapines, con alternativas diversas, caídas de uno y otro con la valentía de quienes se han metido en la batalla y no piensan dar un paso atrás y a la hora de la verdad, cuando Unai parece empeñado en llevarlo a un lado cambia la cadera y arranca una entera de listo, de valiente y de hombre feliz, que mira al cielo, golpea al viento y lanza un grito de feliz rabia.
Emotiva victoria de Unai, al que la lucha pagó con un provincial lo mucho que el de Lillo le dio a pesados La lucha le acaba de pagar lo mucho que le debe por haber puesto muchos garbanzos en el plato de hacer atractivo pesados. Si Pedro se lleva la Liga bueno es que Unai se lleve ‘la copa’, que no es ningún regalo, lo arrancó a puro guevo, nunca mejor dicho.
La tarde había empezado con la mejor versión de David, decidido a mostrarse poderoso, con muchas mañas y solvencia. Superó el trance de Jorge y muchos temían que Oblanca le tuviera alguna preparada pero no hubo caso, le sacó arriba una vez y la otra abajo, con un rodillín. Nuevo, justo y brillante campeón.
Lo mismo se podría decir, parecido, de la victoria de Tomasuco. La derrota en las Manzanedas le recargo las pilas y ayer, con un título en juego, volvió a ser el poderoso comandante de la lucha. Tuvo que derrotar a los dos grandes, Rodri La Perla primero y Rubo en la final y lo hizo a lo grande, sin dejar ni toser, como sentando pronto las bases de que «esta vez no». Y no pasó.
Lo que sí ocurrió es que suma otro título, vuelve a su senda natural y ayer apuntó con los dos brazos al cielo como si le quisiera recordar al abuelo Uco que «esto que hoy te mando no es cualquier cosa». Claro, es del Santoral.
Santas del día: Priscila la de Legio, Edi de Cuba y Cecilia de los ciclones
También el santoral tiene otros nombres, pero se equivoca y la lucha mantiene en su repertorio el santoral que ya tenía su hueco logrado: Priscila la legionense; Edi con sangre cubana y ese ciclón del padre Esla que bautizaron Cecilia.
Priscila, que ya había ganado este título en medios, sumó otro ayer en ligeros. Con poderío nuevamente . En el primer combate con Bea Riaño parecían querer demostrar lo que es la lucha femenina o lo que puede ser. Se adelanto la pelirroja de oro de Cistierna y se repuso la capitalina sin ponerse nerviosa, a base de lucha y un estado de forma que no deja fisuras. En la final en vez de poder tiró de cabeza ante la rocosa Sandra, que la esperó, pero ella solo dio pasos al frente cuando ya había despejado el camino.
Medios (sin Bea) volvió a ser una batalla a campo abierto entre la gemela Edi y Luzma Carcedo. También es de los combates en los que tienes la sensación de que se han subido las dos a un carrusel y es una incógnita qué puede pasar. Luzma le pone una raza sin vuelta atrás, va como una tromba, parece un trueno, y Edi engaña con la misma aparente fragilidad que parece tener fuera del corro, pero no es tal. Siempre tiene a mano una mediana que trabar, una cadera que colocar en el momento y el lugar preciso para llevar a la rival o sacar una de esas gochas que no hacen honor al nada agraciado nombre. Ayer la moneda cayó del lado de Edi, que en los momentos complicados siempre saca de la chistera unos nervios de acero que no parece controlar cuando quien lucha es Chelín. Será la mezcla de sangres de Puente Almuhey y Cuba.
En pesados, con Lucía ya lejos por estudios, a Cecilia se le presentó pronto el problema ya actual de la juvenil Paola, que irá creciendo pues tiene mucho potencial, pero ayer aún lo solventó bien y no parecía La Ciclón dispuesta a marcharse de Erasmus con mal sabor de boca y perdiendo la imbatibilidad del año. No ocurrió, tampoco Paula pudo detenerla y volvió a lucir la hebilla, como el año pasado.