El Bierzo es una gran potencia paisajística, un espacio geográfico de unos 3.179 km2 con una orografía extraordinariamente compleja compuesta por antiguas cadenas montañosas y valles encajados, herencia de antiguos avatares geológicos durante millones de años. Estos paisajes, tan típicos como extraordinariamente singulares, hacen al Bierzo diferente y único. Cada uno de ellos reúne una o más cualidades geológicas, botánicas, faunísticas, arqueológicas y etnográficas.
Recorrer el Bierzo es disfrutar y aprender. De todos estos aspectos se han escrito ríos de tinta, ya sean reportajes, libros, páginas web o rutas temáticas. Sin embargo por mucho que se haya hecho el Bierzo da para mucho más y siempre nos sorprende con cosas nuevas. Sin duda el largo periodo histórico de aislamiento por las malas comunicaciones, unido a los numerosos endemismos frutos de la compleja orografía, han hecho que, en el momento actual, sea una comarca llena de sorpresas aún por descubrir. Algunas de estas buenas nuevas vienen de la mano de la geología como gran escultora de los paisajes.
A modo de acuarela, dibuja las líneas maestras que definen el paisaje: las montañas, los valles y los ríos. En nuestra comarca tenemos puntos de especial interés geomorfológico: son los Lugares de Interés Geológico (LIG) de este tipo. Muchos de ellos son la consecuencia de antiguos glaciares, quince de los cuales están recogidos en la Lista de LIG de la Universidad de León. Un grupo de geólogos de la ULE, coordinado por la geóloga Esperanza Fernández, realizó el inventario de los LIGs de las provincias de León y Palencia. León cuenta con al menos 262 LIG, de los cuales 98 se han trabajado de forma más completa. De ellos al menos 25 (sin ser exhaustivo) se encuentran en el territorio berciano y es en los que nos vamos a centrar.
Para ver ejemplos de paisajes transformados por los antiguos glaciares nos podemos desplazar al que está considerado como el más completo de ellos, que se encuentra en el entorno del pico Valdeiglesia, en las proximidades de la localidad de Salientes.
Hay uno que sobrepasa con creces la denominación de LIG estratigráfico, que es la formación de Las Médulas. La más famosa mina romana de oro se asienta sobre unas terrazas fluviales del periodo Mioceno, hace unos 15 millones de años, que contienen el preciado metal. Este paraje único en el mundo sí que goza de algunas figuras de protección como espacio arqueológico, que seguramente irán a más en el futuro, gracias a la gran afluencia turística.
Pero muchas veces no hay que ir tan lejos, los tenemos muy cerca.
En el mismo casco urbano de Ponferrada se encuentra la Fuente del Azufre, que tras muchos años de abandono, fue objeto de obras hace seis años. Este punto es el único LIG del tipo hidrogeológico del Bierzo y el segundo de la provincia de León. Sus aguas sulfurosas de origen hidrotermal brotan del batolito de Montearenas y albergan una increíble vida microbiana. Su aprovechamiento hidrotermal en el pasado siglo es de todos conocido y hoy en día continúa su uso medicinal, aunque hay que subrayar que no es apta para la bebida por sus altos niveles de metales pesados y por la presencia de Aeromonas, entre otras bacterias potencialmente patógenas.
Las obras que Confederación Hidrográfica del Miño-Sil realizó en su día han mejorado el entorno, pero el resultado estético es muy pobre y manifiestamente mejorable. Este entorno está próximo al Museo Nacional de la Energía, en el que actualmente se están realizando obras de adecuación de aparcamientos y jardines y donde al menos ya figura un letrero que indica el camino para llegar a la fuente. En este mismo entorno se ubica otro LIG, en este caso de tipo mineralógico: es el yacimiento de scheelita de Ponferrada.
Entre estos lugares no podía faltar el wolframio y todo lo que significó la explotación de este mineral para la comarca durante la Segunda Guerra mundial. Estas mineralizaciones se extienden por diversos puntos del batolito de Montearenas. Las minas se encontraban en ambas márgenes del Sil aguas arriba de la presa de la Fuente del Azufre, aguas arriba de la presa de Montearenas en el 6 cañón del Boeza y en Villar de los Barrios principalmente. Hoy en día se encuentran abandonadas. Pero la explotación del wolframio y de la scheelita en nuestra comarca fue mucho más allá, existiendo poblados dedicados a la explotación de este metal que aún no han sido considerados como LIG, como es el caso de las minas de wolframio de la Peña del Seo en Cadafresnas. Esta peña es una de las estructuras geológicamente más antiguas ya que data del periodo precámbrico y reúne unas singularidades mineralógicas y estratigráficas que le harían firme candidato a LIG.
Lo cierto es que en el momento actual nuevas amenazas se ciernen sobre todos ellos: la más actual la de los molinos eólicos…..Si el Bierzo y sus gentes quieren seguir viviendo de estos recursos paisajísticos, es evidente que de alguna manera han de ser protegidos y potenciados. Lo primero es simplemente saber que están ahí, que en el Bierzo un montón de piedras puede ser desde una muria (de una explotación romana de oro en el entorno de Las Médulas) hasta el canchal de un relieve glacial (como los de la Sierra de Gistredo). En ambos casos tiene valor, pero claro, hay que saber lo que es, y por eso es necesario darlo a conocer.
El conocimiento de estas cuestiones implica riesgos de expolio o agresión pero también los beneficios de la concienciación. En ambos casos el individuo debe de saber qué es lo que se encuentra ante sus ojos: sólo entonces podrá decidir respetarlo. Un claro ejemplo es lo ocurrido con en punto de interés geológico enclavado en Ponferrada y sobre el que se asentaba la antigua iglesia de San Pedro 7 (actualmente está el edificio de Telefónica). Se trata de un estrato del periodo Cámbrico que pertenece a la famosa “Serie los Cabos”. Tiene la peculiaridad de mostrar las huellas de oleaje (ripple marks) y de corrientes marinas de una antigua zona litoral de escasa profundidad.
Este punto, que milagrosamente se ha conservado, fue descrito por el geólogo Alberto Alfonso como punto de interés geológico en su monografía 'Puntos de interés geológico por el Bierzo y su entorno geográfico' hace ya algún tiempo. En 2017 fue objeto de vandalismo al aparecer unas pintadas que cubrían parte de su superficie, acto que fue puesto en conocimiento de las autoridades municipales del momento, tiempo después de lo cual dichas pintadas fueron retiradas. Pero esta pared natural también se había utilizado para escalada. Lo milagroso es que aún muestre un aspecto medianamente aceptable por el momento.
Pero es que a veces las agresiones a un LIG vienen de la mano de las propias administraciones. Este es el caso del principal LIG de interés paleontológico hasta el momento en el Bierzo, el yacimiento de graptolitos de Salas de la Ribera, declarado Global Geosite de la UNESCO, de interés mundial. Por su ubicación próxima a los taludes de la carretera próximos a esta localidad, y para evitar desprendimientos de roca en 2015 fue objeto de obras de mejora. Sus estratos marinos, que datan del periodo Silúrico, ricos en diferentes especies de graptolitos, fueron atacados con martillos neumáticos. Este hecho fue comunicado por nuestro grupo GeoBierzo a la autoridad geológica, motivando una gran trifulca política en su día.
El yacimiento, aunque afectado, permanece como gran referencia mundial. En el año 2007 el profesor Juan Carlos Gutiérrez Marco, geólogo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) pidió la calificación de este yacimiento como Bien de Interés Cultural (BIC). Para ello se reunieron numerosos informes geológicos contando con el apoyo de geólogos de renombre internacional, sin que hasta la fecha la Junta de Castilla y León se haya pronunciado sobre el asunto.
Pero en el Bierzo hay más puntos de gran valor geológico, que en su día podrían haber sido considerados candidatos a LIG. Algunos de ellos forman o formaban parte de las grandes explotaciones de carbón a cielo abierto, como es el caso de Alto Bierzo o de La Gran Corta de Fabero. En su momento estas explotaciones movieron grandes cantidades de terreno para llegar a las capas de carbón y dinamitaron toneladas de roca para extraer el apreciado mineral de antracita, de alta calidad. La dinámica de estas explotaciones dio lugar a la exposición a la intemperie de numerosos taludes fosilíferos cubiertos por restos de plantas fósiles del periodo Carbonífero Estefaniense.
Lamentablemente gran parte de los mismos se ha perdido, bien por la meteorización o por la depredación sin previo estudio paleontológico. Al igual que el segundo de los LIG paleontológicos del Bierzo, que es el de Valdesamario, las delicadas estructuras de las Stigmarias y troncos de licofitas, se han deteriorado gravemente al quedar expuestos a la intemperie y a la extracción incontrolada. Este es el caso del entorno del camino que lleva hasta mina Casilda en Alto Bierzo.
Hace unos años, en 2014, se puso el acento en este punto resultando en la movilización de los alcaldes y en la realización de rutas temáticas impulsadas por nosotros desde nuestra sección de Naturaleza en el Instituto de Estudios Bercianos. Grandes troncos y aparatos radiculares de licofitas (helechos arborescentes gigantes típicos del periodo Carbonífero) podían verse a distancia sobre los taludes expuestos a la intemperie. En la actualidad estas estructuras de grandes dimensiones han desaparecido o se han deteriorado de forma irreversible.
En el caso de la Gran Corta de Fabero, la creación del Aula Paleobotánica ha permitido recuperar valiosos vestigios de estas plantas fósiles, bivalvos lacustres, huellas de tetrápodos y restos de insectos. En 2021 empezaron las obras de restauración del cielo abierto de la Gran Corta, encargadas por la Junta de Castilla y León a la empresa TRAGSA, la misma que acometió la restauración del cielo abierto de Carrasconte. Por el enorme tamaño de la superficie a restaurar es de suponer que las obras durarán años. Al parecer la restauración también incluye el acondicionamiento de algunos de estos restos fósiles por parte de una empresa auxiliar. Sin embargo parece claro que algunas de sus emblemáticas lagunas desaparecerán para siempre con la restauración y con ellas el paisaje tan pintoresco que la minería y la acción de la naturaleza nos habían legado.
La restauración de los cielos abiertos en nuestra comarca incluye otras áreas como Alto Bierzo y algunas escombreras de minas de carbón que igualmente desaparecerán en pocos años. Son unas obras que forman parte de un plan más amplio para eliminar escombreras y recuperar los paisajes previos a la minería del carbón. Indudablemente muchos de estos restos son poco estéticos, algunos peligrosos e incluso contaminantes. Su eliminación implicará un reseteo de los paisajes y una nueva estética de los mismos, siempre diferente a la original. Si los romanos hubieran tenido la tecnología actual y toda la normativa, legislación y fondos europeos dedicados a este fin: ¿qué hubiera sido de los paisajes de la minería romana del oro como Las Médulas, La Leitosa, Los Cáscaros, etc?.
Hoy en día Las Médulas están consideradas como la mayor mina de oro a cielo abierto del imperio romano por su enorme red de canales, por los restos de túneles y por su sistema de explotación. ¿Alguien se imagina el paisaje de las Médulas restaurado al primitivo estado de terrazas fluviales?
El lago de Carucedo, generado por los estériles de la mina de oro y el ecosistema de aves que actualmente soporta tampoco se habrían salvado de una restauración. Probablemente ni siquiera fuera considerado un LIG. Lo cierto es que en aquél momento la voracidad del imperio romano por el oro originó la destrucción del paisaje causada por la que entonces se consideraba como minería de élite, pero claro, eran otros tiempos… El paso de los siglos y la acción de la naturaleza han ido transformando lentamente ese paisaje desde que Plinio el Viejo quedara impresionado por sus dimensiones y por la increíble forma de explotación minera. En el Bierzo la destrucción ocasionada por la minería de los cielos abiertos ha sido muy grande y la comparación con Las Médulas puede parecer exagerada. Sin embargo ha generado espacios tales como lagunas y nuevos cantiles que con el paso del tiempo podrían generar diferentes paisajes y por qué no, pequeños ecosistemas.
No parece que seamos capaces de esperar a que esto suceda. Pero lógicamente hay muchas sensibilidades y diferentes posturas acerca de las restauraciones de minas. En ellas intervienen diversas administraciones y se conjugan numerosos intereses: los ayuntamientos, juntas vecinales, cuencas hidrográficas, agricultura y ganadería, actividades cinegéticas y turísticas…. Es complicado, lo sabemos, pero hay algo que nos dice que lo podríamos haber hecho mucho mejor.
Lugares de interés geológico en el Bierzo: paraisos amenazados
En nuestra comarca tenemos puntos de especial interés geomorfológico: son los Lugares de Interés Geológico (LIG) de este tipo. Muchos de ellos son la consecuencia de antiguos glaciares, quince de los cuales están recogidos en la Lista de LIG de la ULE
23/04/2023
Actualizado a
23/04/2023
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