Muere René Lavand, la mano izquierda de la cartomagia

El ilusionismo ha perdido a uno de sus grandes referentes en la modalidad de cartomagia, el argentino René Lavand, quien falleció el pasado sábado a la edad de 86 años dejando un recuerdo imborrable en sus dos comparecencias en el Festival Internacional ‘León vive la magia’, la primera de ellas en 2005 donde el mago de una sola mano se quedó encantado del paisaje humano, que a su juicio "es el mejor de los paisajes". Lavand regresaría seis años después al mismo escenario teniendo este cronista la oportunidad de entrevistar al maestro en uno de esos encuentro que justifican con creces la labor periodística. Su locuacidad e inteligencia aún perduran en mi memoria. Prueba de ello es la frase con la que inicié el reportaje y que decía: "Con cuarenta pintados talismanes de cartón y una sola mano izquierda se pueden recorrer cinco continentes". Esta y otras muchas frases igual de memorables resume la principal enseñanza que las cartas le brindaron a lo largo de casi ocho décadas, desde que a los 9 años sufriera un accidente que le amputó la mano derecha y decidiera desde entonces «ser experto en cartas», como definía su oficio.

Su decisión de dedicarse a la cartomagia valiéndose de una sola mano, la izquierda, tuvo mucho de osadía y atrevimiento por su parte. "Tuve que hacerme autodidacta a la fuerza porque no existen maestros ni libros que enseñen prestidigitación, llamémosle ‘lentidigitación’ (un término acuñado por el propio Lavand) para una sola mano", aseguraba el maestro, para quien España se había convertido en una adicción, «que voy a tener que dejar en cualquier momento porque la vida siempre dice basta, por cansancio, por enfermedad o por la muerte. Hasta ahora estoy notando cansancio solamente, por suerte», reconocía Lavand sentado en la cafetería del Parador de San Marcos, "un edificio con tanta historia, que es lo que nos falta en Argentina", aseguraba.

René Lavand pudo recorrer con su arte los cinco continentes, pero nunca se sintió mejor tratado que en nuestro país. "Los suecos podrán ser menos expresivos, los franceses más elegantes, los españoles más francos, directos y abiertos, y los ingleses son ingleses, pero en todas partes he sido bien recibido", señalaba en 2011 la mano izquierda de la cartomagia, consciente de que el arte del ilusionismo «no puede escapar de la psicología de la presentación» porque, parafraseando a Mae West, "la cosa no está en lo que se hace sino en cómo se hace, la cosa no está en lo que se dice sino en cómo se dice y sobre todo cómo se mira cuando se hace y se dice. Todo es técnica", reconocía Lavand, cuyos espectáculos no se podían explicar con palabras "porque se juntan cambios emocionales, que trabajo técnicamente de la mejor manera que puedo, arrimando poesía, dramatismo y algo de comicidad  al asombro, que en resumen es lo que representa el ilusionismo", aseguraba.

Preguntado si su arte se va a ir con René Lavand, el maestro argentino replicaba: "yo nada puedo enseñar, solo puedo mostrar. Algunos cometen el error de copiarme el estilo, craso error, porque los estilos no se copian, se crean. Y no hay artistas sin estilo", concluía este mago único e irrepetible.