Además de las bombillas de colores en las calles del pueblo, las luces han llegado hasta el alto del pueblo, hasta el mirador desde el que se contempla el pueblo gracias a la instalación de unos bancos y al adecentamiento del camino que sube a las bodegas. Allí luce un gran árbol de cinco metros y una estrella de dos. La decoración navideña la culminaron este sábado con el reparto de un chocolate con churros para vecinos y amigos, para quienes viven a diario y para quienes eligen Fáfilas para disfrutar del fin de semana. Entre todos ellos consiguieron juntar a más de una veintena de niños. "Solo ver sus caras de satisfacción, ya merece la pena", dice Pellitero, convencido de que con gestos como estos, los pueblos pequeños se hacen grandes. Grandes como Fáfilas y sus vecinos.
![](https://www.lanuevacronica.com/uploads/static/la-nueva-cronica/migration/imagenes/tinyMCE/Actualidad/2021/fafilas_2_191221.jpg)