La coordinadora del proyecto, Mónica Rodríguez, de la Casa de Costura De Trapío, descubre los secretos de esto mágicos ropajes.
El rey Melchor
Melchor lleva una camisa que simula ser de lino con los ojales bordados y una cinta de cuero para abrocharla. Encima lleva una túnica de Damasco de colores dorados y una capa, nada liviana, de terciopelo forrada con un tejido tornasolado, para que tenga mayor efecto de majestuosidad, y una hilatura de oro en la parte baja. Lo complementa un cinturón con una cabeza de león y una capelina de lana merina del proyecto ‘Made in slow’, en el que trabajan desde la materia prima con los ganaderos hasta la hilatura del producto. Las tres coronas son copia de las pinturas de la Catedral. En este caso, con una base de lana del Val de San Lorenzo y forrada con un tejido a juego con la túnica.
Su majestad Gaspar
Gaspar lleva la Montaña bordada en la túnica de Damasco, pero al ser también representante de Oriente se han buscado tejidos más livianos, que recuerden a la seda. Por ello tiene más brillo, con un pantalón bombacho que recuerda los de Aladín, una túnica más liviana con botones con base de madera, bordados, con dos bolas de nácar, como los que se usan en los trajes regionales de León, pero más grandes para que se vean en la carroza. El broche de la túnica tiene dos leoneses y la capa se completa con tejidos de pieles alrededor y rellenos de lana para que no tenga excesivo movimiento.
El mago Baltasar
Baltasar lleva los páramos y llanuras bordados en la toga que complementa la vestimenta. Su composición es más sencilla, pero con muchas figuras geométricas, y se completa con un turbante que le cubre parte de la cara y que va prendido en el hombro con un alfiler artesano. Lo más característico de la vestimenta de Baltasar son los complementos, entre los que destaca una suerte de collares que hacen que tenga al menos el mismo brillo que los otros dos magos.
Ejemplaridad ante el Covid
Como no podía ser de otra manera, los tres trajes están completados con una mascarilla a juego, «porque el momento lo necesita».