En busca de las entrañas de la muralla

El Ayuntamiento de León finalizará en tres semanas las catas arqueológicas del tramo de la Era del Moro y acometerá la obra de la nueva zona ajardinada, que estará lista en marzo

Alfonso Martínez
08/10/2021
 Actualizado a 08/10/2021
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«En cada paño puedes encontrar una parte de la historia». Con estas palabras resume el arqueólogo del Ayuntamiento de León, Victorino García Marcos, la idiosincrasia de la muralla, el monumento con mayores dimensiones de nuestra ciudad.

Y lo hace mientras explica los hallazgos que han dejado las enormes catas arqueológicas que se han excavado en el tramo de la Era del Moro, uno de los más desconocidos, puesto que ha estado oculto hasta ahora tras una tapia que lo separaba de la calle del mismo nombre.

Son los pasos previos a la ejecución de la nueva zona ajardinada y el vial peatonal que enlazará la plaza del Espolón con la calle Ramón y Cajal pasando junto al Molino Sidrón y que estará listo en marzo del año que viene tras una inversión de 700.000 euros.

El objetivo fundamental de las catas arqueológicas pasaba por conocer el estado de la cimentación a la muralla, algo para lo que ha sido necesario excavar entre dos y tres metros con respecto a la cota actual del solar. En este sentido, los paños y los cubos se asientan sobre un basamento de ocho metros de anchura que se configuraba como acera en su cara exterior.

El proyecto de la zona ajardinada ha sido modificado –Patrimonio acaba de dar su visto bueno– para acometer una rebaja de la cota con el objetivo de poder contemplar una muralla más esbelta –en algunos puntos alcanzará los doce metros de altura– gracias a la parte baja que se ha excavado.

El cimiento estaba a más de dos metros de profundidad, por lo que se rebajará la cota del jardín para hacerlo visible La cimentación ha sido el hallazgo de mayor relevancia en las catas arqueológicas, puesto que ha permitido datarla aproximadamente en el año 10 antes de Cristo. Concretamente, se habría construido inmediatamente después de las Guerras Cántabras, cuando se asentó en la zona la Legio VI Victris como una de las bases instalada por los romanos con el objetivo de controlar el territorio que acababan de conquistar.

A mayores, las excavaciones previas a la obra de la zona ajardinada han servido para sacar a la luz una escalera y un pozo como restos de una edificación adosada a la muralla en la zona más próxima a la plaza del Espolón, aunque data de los siglos XVII o XVIII, cuando el monumento había perdido su carácter defensivo y se aprovechaban los muros para habilitar cobertizos construyendo solo la fachada y la techumbre.

En los lienzos de la muralla, destaca fundamentalmente la diversidad de la piedra, además de los cambios y remiendos que experimentó durante la época medieval y el refuerzo que se acometió en la época de las Guerras Carlistas. Hay piedra caliza traída de Hontoria, en Burgos, que es más blanquecina que la de Boñar, pero también se ven ladrillos incrustados entre los sillares, algunos de los cuales presentan tonos rojizos y grisáceos que dan plasticidad a uno de los lienzos centrales que los leoneses van a poder contemplar cuando se abra la zona ajardinada.

Mientras, en el tramo de la muralla más próximo al Molino Sidrón –que también será rehabilitado en una fase posterior– destaca la presencia de lápidas funerarias que salieron a la luz tras desmontarse las naves que se habían construido adosadas a la muralla. Fueron traídas de la necrópolis, aunque a la hora de construir el monumento, también se aprovecharon sillares de otros edificios singulares, como el anfiteatro.

Ya en el solar anejo a la muralla, se ha sacado a la luz un canal que se construyó hace seis décadas para dar curso al agua de la presa que discurría por la zona desde época medieval y que había abastecido al Molino Sidrón hasta que dejó de funcionar. Este canal se demolerá con la autorización de Patrimonio, puesto que es contemporáneo y su conservación impediría rebajar la cota del terreno a la hora de ejecutar la zona ajardinada y permitir que los leoneses contemplen una muralla restaurada y con mayor envergadura.

Zona verde y paseo peatonal

Para eso aún faltan unos meses, puesto que está previsto que las catas arqueológicas finalicen en un plazo de tres semanas y no será hasta entonces cuando se avance en el resto del proyecto. El siguiente paso será acometer una renovación de la red de saneamiento que da servicio actualmente al entorno urbano de la Era del Moro con el fin de evitar que cualquier problema que pueda surgir en el futuro en las tuberías obligue a levantar la zona ajardinada.

Las obras se centrarán posteriormente la nivelación de los terrenos para poder ejecutar una zona ajardinada que incluye todas las instalaciones necesarias (riego, alumbrado y recogida de aguas pluviales). El vial peatonal será de adoquines. El tratamiento del jardín supondrá la plantación de césped en la zona adyacente a la muralla y la habilitación de una pequeña zona de arbustos y adosada a la trasera de las edificaciones que lindan con el solar, donde también se colocará mobiliario urbano.

El nuevo espacio público contará además con puertas en ambos accesos (plaza del Espolón y en la calle Ramón y Cajal) para que se puedan cerrar por la noche al igual que ocurre con cualquier otro parque de la ciudad.

Cabe recordar que el proyecto –cofinanciado al 50% por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, con cargo al 1,5% Cultural, al 40% con fondos europeos mediante la Estrategia de Desarrollo Sostenible (Edusi) ‘León Norte’ y al 10% por el Ayuntamiento– supuso en primer lugar la demolición de diferentes edificaciones próximas a Ramón y Cajal que ocultaban parte de la muralla y también en la calle Era del Moro, lo que permitirá ensanchar notablemente el acceso al solar, aunque también se prevén aprovechamientos urbanísticos mediante la habilitación de una parcela para la futura construcción de un edificio de viviendas en este punto.

El proyecto para la apertura de la Era del Moro respeta la parte de la edificación que aún pervive del Molino Sidrón, que era una antigua fábrica harinera. A este respecto, se conservan también vestigios del sistema de presas que históricamente permitían la utilización de la energía hidráulica en la ciudad y que recibirán ahora un tratamiento de jardinería y drenaje.

También se ha diseñado un proyecto para el Molino Sidrón. La superficie a rehabilitar es de 350 metros cuadrados. La planta baja estará dedicada a hacer realidad la Casa de las Letras Leonesas, mientras que las plantas superiores se destinarán a vivero de empresas relacionadas con el turismo, la cultura y el ocio con el objetivo de impulsar el emprendimiento empresarial en estos sectores entre los más jóvenes. El objetivo es que las obras se acometan a lo largo del año que viene con una inversión de 665.000 euros que se financiarán con fondos de la Edusi y del 1,5% Cultural del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
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