Fernández: "La ULE no ha avanzado estos cuatro años pese a la época de bonanza económica"

La Nueva Crónica entrevista al candidato alternativo a Juan Francisco García Marín como rector de la ULE

Víctor S. Vélez
03/03/2020
 Actualizado a 03/03/2020
Juan José Fernández. | SAÚL ARÉN
Juan José Fernández. | SAÚL ARÉN
Juan José Fernández, hasta hace unas semanas decano de la Facultad de Derecho, aspira a convertirse el próximo 12 de marzo en el octavo rector de la Universidad de León (ULE). Zamorano de nacimiento y leonés de adopción, este catedrático en Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social quiere lograr una mayor equidad entre las facultades de la institución académica, crecer en transparencia y "huir de la improvisación". Con ‘Innovación y transparencia’, los próximos días buscará convencer a la comunidad universitaria de que debe ser el relevo a su rival en estos comicios, Juan Francisco García Marín.

–¿Cómo afronta la campaña? ¿Hasta qué punto es decisiva?
–Estamos haciendo actos en todas las facultades y contactos con diversos colectivos. Un proyecto es más de qué se ha hecho o qué se tiene que hacer. Se juzgará mucho lo que se ha podido hacer, pero sobre todo lo que se prevé que se hará.

–'Para seguir creciendo' es el lema de la campaña de García Marín, ¿cuánto se ha crecido estos años?
–Creo que la Universidad ha tenido una oportunidad única recuperando siete millones de IVA generados por el anterior equipo. Sin embargo, la ULE sigue plana. Ese dinero debería haber sido una oportunidad y más con un presupuesto estrecho como el de la ULE. Me atrevería a decir que lo único apreciable es la mejora sustancial en la Facultad de Veterinaria. No he visto ningún área en el que la ULE haya avanzado, a pesar de ser una etapa económica de bonanza. En estas épocas es en las que las iniciativas tienen que cundir porque ya vendrán luego otras épocas para apretarse el cinturón. Por ejemplo, la promoción de profesores no ha sido nada excepcional, se ha cumplido en todas las universidades por lo que no es para sacar pecho.

–Por lo tanto, ¿qué hay que cambiar?
–Lo primero, la improvisación. Se tiene que actuar sobre planes que todo el mundo pueda conocer, participar en ellos y ser evaluados. También hay que tener imaginación, en un mundo como la Universidad las ideas tenían que bullir.

–En cuanto a las titulaciones, ¿tiene alguna nueva en mente?
–Lo primero es afianzar lo que tenemos y ver los recursos antes de lanzarnos sin hacer una evaluación previa. Con un poco más de perspectiva podríamos tener diez o 12 titulaciones más, pero no serviría si dejamos otras sin alumnos o con problemas. La inquietud debe surgir de cada facultad y debe revisarse con los agentes sociales. Igual que se ha creado el Máster de Abogacía en colaboración con el Colegio de Abogados o el Máster en Derecho y Ciberseguridad con el Incibe, puedo encontrar cuatro o cinco titulaciones que resultarían aptas.

–¿Y en cuanto a infraestructuras?
–La Casa del Estudiante es necesaria como espacio común. Un edificio que sea un lugar de esparcimiento también para fiestas y actividades culturales. Un espacio propio y vital para el estudiante. Por ejemplo, las fiestas están más controladas, pero ahora se hacen en un lugar temporal con carpas móviles. Creo que debe ser un espacio propio del estudiante, no un lugar acordonado entre dos facultades y que luego nunca sabes cómo queda. Sería una plataforma anexa a la Casa del Estudiante y que contaría con todas las medidas de seguridad y cuidaría más del medio ambiente.

–¿Actualmente hay un reparto justo de los recursos entre las facultades?
–La primera palabra de mi programa es equidad. Creemos que debe ser más equitativo el reparto. Está promoción de profesorado ha ido a unos sitios muy concretos. Se tendría que redimensionar la estructura del PDI y el PAS porque no es equitativa. Algunos tienen mucha dotación para pocas necesidades y otros escasa dotación para muchas necesidades.

Crearemos una cooperativa de estudiantes que, además, permitirá luchar contra la despoblación rural de León –En el comienzo de campaña hubo un enfrentamiento sobre la transparencia, ¿qué puede aportar la auditoría?
–Los números no me interesan porque para eso está el Tribunal de Cuentas. Lo que sí quiero saber es cómo queda la Universidad, ya que nosotros no tenemos acceso a los datos económicos y los necesitamos para hacer una planificación. Con la auditoría sociolaboral sucede igual.

–En su programa aparece la creación de unas oficinas específicas para formación online, relaciones con los egresados o captación de proyectos ¿Estos departamentos sustituyen a los actuales?
–No. Por ejemplo, en la formación online nos referimos a un edificio propio que sea útil al resto de centros con unos técnicos profesionales. En másteres semipresenciales sería de gran utilidad porque esta otra facultad optimizaría los recursos y evitaría duplicidades. Respecto a la oficina de apoyo a la investigación, sería la misma pero con un agente volante para captar proyectos y con personal de apoyo directo a proyectos de gran envergadura. La oficina del egresado serviría para acreditar títulos con sus informes, comprobar cómo y cuándo se emplean, celebrar aniversarios de promociones… Mantener un contacto, como en casi todas las universidades.

–En su lista figura Beatriz García pese a no ser doctora, condición para ser vicerrectora, ¿cumple con la normativa?
–Irá de delegada del rector con la equiparación a la figura de vicerrector. Operativamente es lo mismo, pero no va a poder ser nombrada como vicerrectora. Es simplemente un guiño a que los trabajadores temporales estén equiparados a los trabajadores indefinidos, ya que las personas predoctorales dan clases.

–Usted estuvo dos mandatos al frente de Derecho, ¿por qué es necesaria su propuesta de limitar el cargo de rector a cuatro años?
–Es diferente, en los departamentos si uno quiere presentarse a la reelección hay una cierta equivalencia de armas. Me consta, porque lo estoy viviendo, que en unas elecciones a rector hay una clarísima ventaja competitiva y posición de dominio que no se tendría que proyectar más. Es una batalla desigual, si miramos las notas de prensa generadas por la ULE en los últimos cuatro años se dispara en el último y todavía más exponencialmente a los actos que ha acudido el rector en los últimos tres meses.

–¿Alguna idea para potenciar el Campus de Ponferrada?
–Voy a reunirme con autoridades y empresarios para conocer qué titulaciones quiere El Bierzo. Tal vez, hubiera interesado más otra titulación porque tienen solo carreras de ciencias. Por ejemplo, tenemos Trabajo Social en León que no es ningún éxito y podría estudiarse la posibilidad de llevarlo también a Ponferrada. Enfermería, Podología, Fisioterapia… Son todas carreras de Ciencias y no hay ninguna de Ciencias Sociales, que igual también deben estar en el Campus de Ponferrada y tal vez fueran las que más alumnos retenían luego en la comarca.

–Los estudiantes nos preguntan por las matrículas. Aunque no sea competencia directa, ¿dónde estará la ULE?
–Es una competencia que no nos pertenece. Prometer algo sobre tasas universitarias es hacerlo sobre algo que no se sabe si se va a poder cumplir o no, como hizo Marín hace cuatro años. Podemos proponer los modelos de otras comunidades como Andalucía o País Vasco. Para mí el lema es que el estudiante bueno nunca abandone la Universidad por falta de recursos. También hay cuidar a los egresados para que no se vayan de aquí, nosotros llevamos una fórmula que es de lo más novedoso del programa: crear una cooperativa de estudiantes. Es una buena forma de empezar a trabajar y hacer proyectos para luchar por un medio rural cada vez más despoblado, ya que eso no se salva con unos cursos de verano. Aunque el dinero venga de la Junta o de la Diputación, la ULE tiene que ser un elemento medular y abandonar la torre de marfil de Vegazana para mezclarse en las calles y en los pueblos. Hay personas que cuando acaben una especialidad podrían quedarse a trabajar en la cooperativa y egresados que colaborasen como socios trabajadores y tuvieran el beneficio con un precio módico. Lo tienen en otras universidades, es tener imaginación. Lo que no tiene imaginación es crear un vivero de emprendedores porque ya hay muchos en otras instituciones.

–Tanto si gana como si pierde, ¿qué hará después del 12 de marzo?
–Descansar e invitar a comer a todos los que me han ayudado. Ha sido un esfuerzo de mucha gente y hay que celebrar se gane o se pierda. Si gano a trabajar por la ULE y, de lo contrario, volver al día a día.
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