García Marín: "Si no se aprueba Ciencias Gastronómicas con Valladolid y Burgos, lo haremos solos"

Entrevista al rector de la Universidad de León

David Rubio / Víctor S. Vélez
13/03/2022
 Actualizado a 13/03/2022
Juan Francsico García Marín, rector de la Universidad de León. | SAÚL ARÉN
Juan Francsico García Marín, rector de la Universidad de León. | SAÚL ARÉN
El segundo mandato de Juan Francisco García Marín al frente de la Universidad de León (ULE) llega a su ecuador. Ayer se cumplieron dos años de aquellas elecciones que coincidieron temporalmente con la súbita irrupción del coronavirus y el rector repasa en esta entrevista algunas de las medidas emprendidas en este tiempo y, sobre todo, los proyectos que llegarán a la institución académica en su futuro inmediato, como la construcción de la Casa del Estudiante, las nuevas titulaciones vinculadas a la tecnología o seguir estabilizando plazas docentes.

–¿Qué balance hace de esta mitad de mandato? ¿Hasta qué punto el Covid ha condicionado la vida universitaria?
–Las elecciones fueron un jueves y el domingo ya estábamos confinados. Hubo que hacer muchas reuniones muy rápido para organizar todo lo que podíamos organizar con las facultades. Había bastante confusión de si se podía venir o no y, más o menos, la Universidad paró poco. Cuando se empezó otra vez, se organizó bastante bien con las clases. Viéndolo desde ahora creo que nunca hubiéramos hecho lo que realmente hicimos. El mismo viernes después de las elecciones llamé a Vicente Martín y le dije que había que tener un delegado del rector porque esto nos iba a desbordar. Se organizó y durante el año nos ha llevado mucho tiempo organizar toda la actividad docente y hay que agradecer a decanos y directores de centros que han colaborado mucho con este tema. Los aforos eran los que eran y tuvimos que adaptarlos de la noche a la mañana porque había una norma a finales de julio y a finales de agosto nos cambiaron las distancias y hubo que volver a organizarlo. El sistema de vigilancia que se creó funcionó muy bien y el laboratorio ha sido único y nos ha permitido hacer los test rápidos en la Universidad en colaboración con Atención Primaria. Saber qué alumnos, qué profesores… Eso ha ayudado muchísimo y ha dado confianza. La pandemia ha retrasado algunos proyectos, pero no eliminado. La Administración estaba cerrada y aquí hicimos lo posible para que esto no se cerrara nunca.

–La ULE ya venía apostando por implantar algunos grados semipresenciales y la pandemia ha servido de ensayo para este proceso ¿Es ya imparable? ¿Cuáles serán los siguientes pasos en este sentido?
–En las elecciones se proyectaba un edificio de usos múltiples, que ese sí se ha retrasado, en el que había algún aula pero en el que se ponía ya un sistema de pantallas y cámaras para que el alumno pudiera estar en casa, pero con el que podría interactuar directamente como si estuviera allí. Es algo que ya había visto en Estados Unidos hace años. Al final, hemos tenido que hacerlo en varias aulas de los centros y hemos tenido que poner todos los sistemas. Todo el mundo pedíamos lo mismo y nos llegaron en tiempo y forma las cámaras, los altavoces, las tablets… El profesorado, en su gran mayoría, lo ha aceptado rapidísimamente. Hay casos en los que, da igual la edad, no están por la labor. Pero a la mayoría se les enseñó y vieron que era sencillo. Esto no tiene vuelta atrás. Hay que tener cuidado porque, aunque tengamos las herramientas y los sistemas, no podemos hacer todo semipresencial o todo online. No hay que confundir la actividad académica y la didáctica con las herramientas que se utilizan para ello. La enseñanza presencial sigue siendo fundamental y la relación directa no se puede sustituir. Esto es un complemento que iba a venir, pero que se ha acelerado.

En la ULE trabajamos para poder seguir estrechando los vínculos entre el universitario y la empresa –En los últimos meses la ULE ha anunciado varios proyectos en el ámbito aeroespacial y la computación cuántica ¿Las nuevas titulaciones podrían ir orientadas a estos nuevos sectores TIC?
–La titulación de Ingeniería de Datos e Inteligencia Artificial nos costó porque había quien no lo veía claro, pero que lo veníamos hablando mucho antes de la pandemia. Casi desde que entró yo como rector. Vamos a ver, esto va por aquí. Estas cosas se tienen que discutir y, a veces, se discuten demasiado tiempo. Ya nos están preguntando, pero hay una preinscripción y no tenemos dudas de que será una de las más demandadas porque la sociedad y el trabajo va en ese sentido.

–¿Qué plazos se manejan para Robótica o para la titulación interuniversitario de Ciencias Gastronómicas?
–El de Robótica se ha planteado como Máster. El Máster está ya autorizado y, de momento, es un título propio. En cuanto veamos el rodaje que tenga, valoraremos si es mejor pasarlo a oficial, con todos los problemas y cortapisas que hay, o dejarlo como título propio. En el caso de Ciencias Gastronómicas, ya no sé los años que llevamos… Pero os aseguro que la culpa no es de la Universidad de León. Lo podíamos haber puesto en marcha hace tres años desde la Universidad de León, pero como es de tres universidades… Cada uno luego piensa una cosa o cambia el rector… Se ha ido retrasando y no se va a poner el curso que viene. Es una desesperación por mi parte y ya ni pregunto. Lo podíamos haber puesto en marcha nosotros, pero como está aprobado como interuniversitario... Espero que el año que viene, el curso que viene, se ponga. Ya lo dije hace dos años, pero con la pandemia parece que da igual el retrasarlo todo. Si no se aprueba ya este año el Grado de Ciencias Gastronómicas con Valladolid y Burgos, pues lo haremos solos. No se puede seguir dando vueltas. La semana que viene hay elecciones a rector en la Universidad de Valladolid, con el actual ya tuvimos que hablar, porque lo empezamos con el anterior, y si sale uno nuevo habrá que volver a hablarlo.

Tarde o temprano, en el Campus se tiene que hacer una residencia porque esa zona ya se ha urbanizado–¿Qué se ha hecho en esta primera mitad del mandato por estabilizar las plazas docentes?
–Hemos avanzado mucho. En el Consejo de Gobierno último ya hubo más de diez plazas de consolidación, de los profesores ayudantes a los contratados fijos. También con funcionarios, con cátedras… Aquí había algo más de 80 catedráticos cuando entré y muchos de ellos cerca de jubilarse. Había mucha gente acreditada, pero no salían las plazas. Ahora hay 110, a pesar de las jubilaciones que ha habido. Ha subido el número, sobre todo, en los profesores contratados fijos y en ayudantes, que hemos pasado de un número ínfimo a más de 100. También los contratos predoctorales de investigación de la propia Universidad de León, que son para cuatro años. Todos años ha ido aumentando hasta convocar 15 en este.

–Respecto a los estudiantes, ¿qué se está haciendo para facilitar la incorporación de los egresados al mercado laboral?
–Siempre digo que la Universidad tiene que preparar a las personas para que puedan ir al mercado laboral, que es algo más de empresas y de instituciones. No obstante, la Universidad también tiene ese papel. Además del aumento progresivo de las prácticas de egresados para seis meses, hasta más de 1.000 antes de la pandemia, también hacemos labor de asesoramiento con Secot, se hacen diferentes convocatorias para subvencionar proyectos y se traen profesionales de fuera para que les expliquen lo que es la profesión. Lo mejor para el tema laboral son estos contratos que se hacen en prácticas. Que podamos llegar a más de 1.000 en la Universidad de León es un hecho fuerte. Para mí, las prácticas en empresas son fundamentales. En Veterinaria se instaló un programa que sigue desde primero de carrera y que ha sido un éxito porque realizan prácticas en la misma empresa durante cinco años. Comprobamos que buena parte de ellos ya se quedaban en la misma empresa. Vamos realizando este tipo de acciones y otras como ferias de empleo, como la del año pasado que fue online y casi nos vimos desbordados por empresas y participantes. Salieron más de 100 puestos de trabajo. En la ULE trabajamos para poder seguir estrechando el vínculo entre el universitario y la empresa. En España hay una mentalidad de la teoría y no hay que distinguir entre teoría y práctica, debe ser todo a la vez. Tenemos que prepararles lo máximo posible para el trabajo que van a realizar porque para eso están aquí. Eso lleva trabajo y va evolucionando. La relación de la Universidad con la empresa no tiene nada que ver a cómo era hace 50 años, cuando era prácticamente inexistente o muy escasa. Hemos superado el 50 por ciento de ingresos por contratos con empresas con respecto a proyectos europeos, nacionales y de investigación en general.

–La bajada de tasas en la primera matrícula hace que Castilla y León ya se equipare con la media nacional ¿Se trasladará esto a segundas y sucesivas? ¿Es deseable?
–Hubo una discusión fuerte entre universidades y el, por entonces, rector de Valladolid y yo mismo presionamos mucho y demostramos que, haciendo la cuenta con las becas, no era tanto lo que perdía la Junta de Castilla y León. Nosotros hacemos de recaudadores, no es que cuando más alta sea la matrícula más dinero tenemos. Se han bajado las tasas de primera matrícula y creo que se tienen que bajar más de segundas y terceras. En el caso que quedaba pendiente de másteres, también se ha bajado. Aún se pueden bajar algo más y seguiremos con las mismas tasas el año que viene.

Las mascarillas en el interior de las clases de la Universidad van a seguir, aunque decidan quitarlas –¿Cómo va el proyecto de construir un nuevo edificio que servirá como Casa del Estudiante en el Campus de Vegazana? ¿Y las residencias universitarias?
–El primero, en unas semanas nos darán el proyecto para sacarlo a licitación. Lo hemos hecho con un arquitecto interno porque si no se alargaba muchísimo otra vez. A lo largo de este año, a la mayor brevedad posible, se hará porque ya se han presentado los proyectos al Ayuntamiento y sus técnicos no han puesto objeción. La Casa del Estudiante se hará justo al lado de la Facultad de Educación y el resto se ajardinará. Habrá aulas de lectura para poder utilizarse en épocas de exámenes, también aulas especiales de simulación para Educación y un teatro multiusos con sala de conferencias y de reuniones para unas 300 personas en una grada móvil. Será para música y teatro, pero también para reuniones y conferencias. La Residencia Universitaria de Ponferrada, con estos retrasos, no se podía hacer ni siquiera un proyecto y para el verano habrán comenzado las obras y estará para el curso siguiente. En León, el Colegio Mayor se ha dejado de lado porque se ha mejorado bastante el San Isidoro y se va a seguir mejorando. Cuando he consultado a los residentes, prefieren estar ahí que en el Campus. Tarde o temprano, allí se tiene que hacer una residencia porque en esa zona ya se ha urbanizado y la ciudad ya está ahí. Va ganando vida la zona y lo volveremos a plantear.

–En Infraestructuras, también se está ultimando el hangar en la parte alta del Campus y la Escuela de Ingenierías se va quedando pequeña por la alta demanda de estudiantes ¿Hay algún plan en este sentido? ¿Se construirá algún nuevo edificio en estos dos años?
–Me gustaría ver esa demanda porque el día que no se emplee para drones y demás… Siempre les digo que cuándo van a empezar a hacer algo allí. Nos dicen que falta algo y ¿por qué no lo pidieron hace seis meses, que ya se sabía? En el hangar, los tiempos nos comen. Estamos desbordados en la Universidad, terminando la Escuela de Agrícolas y haciendo la nueva fase de Veterinaria proyectada en 2007. Se van a hacer obras en Biológicas y se va a proceder al cambio de ventanas en Filosofía y en Veterinaria. También habrá cambios de mobiliario en Minas.

–¿Y en el Campus de Ponferrada? ¿Qué frentes tienen abiertos actualmente?
–En el Campus de Ponferrada estoy sorprendido con el cambio que ha habido. La clínica podológica está funcionando muy bien y todas las adaptaciones de aulas. No se utilizaba el edificio de investigación y ya no cabe nada porque hay una actividad investigadora y con relaciones con empresas sobre todo de fisioterapia. El Aulario ya se ha puesto en marcha y ha cambiado completamente. Ya han metido la pala para ajardinar todos los exteriores. Creo que va a más.

–Esta semana empiezan las fiestas universitarias y se habla ya de espichas...
–Es la primera noticia de que las espichas empiezan esta semana. Habrá actividades en el interior de la Escuela, que todo el mundo lo pide. Serán actividades dentro de la Escuela porque espichas como tal no está autorizada ninguna. Cuando vuelva la normalidad ya hablaremos entonces. Estas alegrías de que en los interiores hay que quitar mascarillas, hay que tranquilizarse… Esperemos que no haya una nueva cepa porque ya no baja y se está estabilizando. Las mascarillas en el interior de las clases de la Universidad van a seguir, aunque decidan quitarlas, porque esto no está acabado y no vamos a cambiar unas medidas tan simples y tan eficaces.
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