Cuarenta y dos caracteres por línea es la velocidad de lectura aceptada por el ojo humano a la hora de leer unos subtítulos en televisión. Pese a que hay personas que siguen acostumbradas al icónico doblaje de Darth Vader de Constantino Romero y no se plantean leer "Yo soy tu padre" en un subtítulo, muchas otras han hecho de la lectura en la pantalla una manera de disfrutar mejor de sus películas favoritas. Esto, sumado a la enorme cantidad de contenido audiovisual que se genera en la actualidad gracias a las plataformas de streaming, ha hecho posible que una gran parte de la población se haya acostumbrado a la lectura de subtítulos traducidos.
Ahora bien, ¿quiénes son las personas responsables de que se puedan leer estos textos en pantalla, sincronizados, correctos y con sentido dentro de la trama? Los profesionales de la traducción audiovisual, y la leonesa Alba Vidal es una de ellas.
Desde hace tres años se dedica, a tiempo completo, a traducir subtítulos de diferentes producciones documentales y de ficción, la mayoría de ellas de Netflix, una de las plataformas de streaming por excelencia.
Traducir las películas de terror puede ser lo más cómodo: cobramos por minuto de vídeo y no suelen tener mucho diálogo. No obstante, yo disfruto más con la comediaAlba Vidal estudió Filología Inglesa en Oviedo, no sin antes dudar en dedicarle su formación académica a la Traducción e Interpretación o a la Comunicación Audiovisual.
Finalmente, su interés por la literatura inglesa pudo más que sus otras predilecciones y se decantó por esta carrera. Más tarde descubrió la especialización en traducción audiovisual y decidió formarse específicamente para ello: "De pequeña ya disfrutaba pasando al español las canciones en inglés o algunas películas, así que descubrir la traducción audiovisual fue una manera de aunar mis grandes hobbies", explica Alba.
Formada en esta rama en Londres, Alba Vidal entró en este universo profesional hace cinco años haciendo control de calidad en subtítulos que ya estaban traducidos. Después, llegó la oportunidad de trabajar para Netflix. Cuenta Alba que este tipo de plataformas trabaja con empresas que tienen su propia cartera de traductores autónomos, como ella misma. "Llegué a esta compañía por una recomendación", explica, "y desde entonces trabajo con ellos". Con esta empresa es con la que la traductora leonesa comenzó a participar en producciones tan conocidas en la actualidad como el reality show ‘RuPaul’s Drag Race’ o ‘The Witcher’, dos de las series más conocidas y longevas en las que ha trabajado. "Había oído hablar de RuPaul antes de empezar a traducirla, pero no la conocía, y al final he acabado ahí metida de cabeza", explica. Y es que esta serie tiene una buena legión de fans que están totalmente familiarizados con el vocabulario y las expresiones de todas las participantes del reality: "Es difícil de traducir porque no paran de hablar, utilizan mucho argot y también muchísimas referencias al universo drag y a la cultura americana en general", dice la traductora, "aunque con un par de temporadas ya entré en la dinámica", finaliza.
El modus operandi
Alba lleva los subtítulos al español de esta y otras series como ‘The Witcher’ desde hace varias temporadas, algo que es importante para los productores y las plataformas porque de esta manera el vocabulario de los diálogos está unificado, aunque siempre le envían documentación de referencia: "Incluyen las narrativas, las cartelas o el material específico y si es, por ejemplo, una ficción que lleva varias temporadas, te mandan un glosario con las palabras que necesitas, algo que también voy completando yo misma", detalla.
Una vez recibe todo este material, se pone manos a la obra. Su manera de avanzar en la traducción es a medida que avanza también el capítulo porque para ella "es más ameno". No obstante, con este método existen situaciones en las que "puedo descubrir algo a medida que se desarrolla la trama, que un personaje es una mujer, por ejemplo, y tengo que volver para atrás y cambiar las terminaciones de las palabras", indica. Normalmente Alba recibe la transcripción en inglés sincronizada con el vídeo, aunque hay veces que tiene que hacer algunas modificaciones en los tiempos "porque las frases en español tienden a ser más largas y muchas veces se necesita más de un subtítulo separado", puntualiza, "lo importante es ingeniárselas para que la velocidad de lectura sea buena". Otras maneras de trabajar incluyen hacer la transcripción de los diálogos hablados, realizar el pautado con los tiempos y que todo esté sincronizado con el vídeo, "aunque no es la norma general en plataformas como Netflix", destaca.
Las tarifas, en cualquier caso, varían según el tipo de trabajo que se va a realizar. En la traducción de subtítulos para los contenidos en streaming "se cobra por minuto de vídeo". Por esta razón, Alba piensa mucho qué trabajos aceptar y cuáles no, también en base a sus gustos personales. "Si la sinopsis está bien, me apetece hacerlo. También me gusta traducir comedia porque es divertida y porque es un reto adaptar el humor", explica. La comodidad entra en escena cuando le piden trabajar en una película de terror "porque suelen tener menos diálogo. No es lo mismo que cuando te piden un documental, que suelen tener mucho más texto y más específico". Por el contrario, cuenta que si tuviera que rechazar alguno sería el contenido deportivo «porque no me gusta el tema en general».
Panorama "desalentador"
Alba Vidal habla con entusiasmo de su trabajo porque "me gusta mucho lo que hago y quiero seguir trabajando en esto mientras pueda". Sin embargo, no se muestra tan optimista con la situación del sector.
Me gusta mucho mi trabajo, aunque el panorama actual es desalentador. La proliferación de plataformas tiene sus ventajas y desventajas para la profesiónEsta traductora leonesa pertenece a la Asociación de Traducción y Adaptación Audiovisual de España (Atrae), una entidad que, además de otorgarle en 2021 el premio al mejor subtitulado de serie por la temporada 12 de ‘RuPaul’, vela por los intereses de la profesión y reivindica unas mejores condiciones para los traductores audiovisuales en este país. Alba cuenta que "lo ideal sería que pudiéramos hacer más presión y plantarnos ante las empresas para que se terminen las traducciones automáticas chapuceras". Cuenta que la aparición de las diferentes plataformas de streaming hizo mucho bien al sector, por el aumento en la cantidad de trabajo, pero también perjudicó su calidad. La polémica surgida con la idoneidad de los subtítulos en ‘El juego del calamar’, «que seguramente estaban traducidos de manera automática y luego se los pasaron a un corrector por ‘cuatro perras’", dice Alba, fue un momento en el que su profesión llamó la atención, pero la realidad es más complicada: "Es difícil que un usuario en su casa vaya a poner una queja sobre la calidad de los subtítulos que lee y que las empresas vayan a molestarse en cambiarlo pudiendo mantener sus suscripciones", detalla.
No obstante, y aunque el panorama es ligeramente "desalentador", Alba seguirá disfrutando del cine, las series y los idiomas a través de sus traducciones. Ve las producciones con subtítulos "a veces en español, porque también me inspira, aunque me pongo nerviosa porque me fijo mucho. ¡Mejor los paso al inglés!".