En la inferior, un bar con esmerada decoración en el que se apuesta por la tapa cuidada y el buen vino, aunque sin olvidar los desayunos y una carta de raciones en la que priman los embutidos ibéricos y de León y platos que van desde el bonito del norte con piparra y mayonesa de wasabi, los tacos de salmón noruego ahumado al eneldo, los huevos rotos con morcilla, la hamburguesa hecha en casa, el chuletón de vaca vieja o las croquetas hasta pan de cristal, las rabas de calamar o las anchoas de Santoña. Y detrás, postres como el queso con membrillo, el sorbete de gin lemon o el tradicional pan con chocolate. El bar está abierto de lunes a domingo desde las ocho de la mañana y hasta pasada la media noche.
Y desde Marcela Vinos se accede a Marcela Brasa, el restaurante ubicado en la planta superior del Palacio de los Villafañe. Con un ambiente totalmente diferente al del bar, ofrece una carta más selecta y con platos más elaborados que apuestan por una gastronomía tradicional y de primerísima calidad. La oferta cambia cada día en función de los productos frescos disponibles y por eso la carta lleva un sello con la fecha. En todo caso, las carnes y los pescados a la parrilla son protagonistas junto con los arroces con carabinero o con concejo y morcilla, pero elaborados al estilo levantino, con el tradicional socarrat.
Marcela es la nueva pasajera de un barco en el que viajaban hasta ahora Casa Mando, LAV, Nimú Azotea y El Molino de los Ajos, además de los hoteles Conde Luna y Alfonso V.
Su capitán es el empresario leonés Antonio Vázquez, quien explica que Marcela busca «hacer un homenaje a toda la gastronomía española» y no solo a la leonesa, como ocurre en Casa Mando. Y todo ello en un ambiente que está inspirado en los años 70. «No es tan moderno como LAV ni tan rústico como Casa Mando, queremos volver a ese ambiente distinto que había en la época del despegue industrial de León», comenta Vázquez.
Chistorra con patatas fritas y pimientos de Padrón, entrecot prémium, chuleta de vaca, pulpo, atún rojo o lubina salvaje son solo algunos de los manjares que Marcela Brasa ofrece gracias a su parrilla en una carta en la que hay también ensaladilla rusa con tartar de atún rojo, burratina con aroma de trufa blanca o navajas. En cuanto a los vinos, hay una apuesta clara por los de León y por los del Bierzo, que se hacen hueco en las primeras páginas de un catálogo de enorme y atractivo formato.
Además, en la carta de Marcela Brasa destaca un apartado que se denomina ‘En honor al jefe’ y que está compuesto por tres platos que estarán siempre disponibles: merluza frita con chipirones en su tinta, steak tartar de buey de El Capricho y callos, pata y morro. «Eran los platos preferidos de mi padre y hemos querido recordarle de esta manera», comenta el empresario en referencia a Antonio Vázquez ‘Piva’.
Un componente familiar tiene también el nombre elegido finalmente para Marcela. «Queríamos hacer un homenaje a las mujeres en general y a las de nuestra familia en particular. Le dimos muchas vueltas y al final la ubicación del edificio nos ayudó a tomar la decisión», señala Vázquez.
'Manolín' se muda
Y son precisamente las mujeres de su familia las que dan nombre a los cócteles que se servirán en otra de las sorpresas que aporta Marcela, un bar americano que está integrado en el restaurante y tiene al frente al popular ‘Manolín’, quien deja el hotel Conde Luna después de 45 años y se traslada para seguir ofreciendo sus copas prémium y su ‘solomillo con huevo de curra tranca la gatera’ con la filosofía de toda la vida: «Primero atiendo, luego sirvo».
El objetivo es que los clientes del restaurante puedan tomar una copa en su mesa después de cenar y convivan con aquellos que deseen cursar visita al también conocido como ‘Manogín’. «Es por eso que el restaurante se transforma por las noches. La pajarita y el mandil de la mañana da paso a la corbata y la chaquetilla y las mesas dejan de tener mantel», comenta el empresario responsable de Marcela antes de destacar que los viernes y los sábados por la noche también habrá diferentes actuaciones musicales en directo.
Marcela Brasa tiene además un comedor privado para doce comensales y abrirá sus puertas de miércoles a domingo tanto al mediodía como por la noche. En el caso del bar americano, funcionará los mismos días a partir de las 20:30 horas. Los interesados en realizar su reserva para comer o cenar en el restaurante pueden llamar al teléfono 987 799 544, enviar un correo electrónico a info@marcelabrasayvinos.com o visitar su sede, que está ubicada en el número 9 de la plaza San Marcelo.