Un estudio en el Caule plantea mejoras en el diagnóstico rápido del ictus vertebrobasilar

La tesis en la ULE de la médico residente Iria Beltrán arroja luz sobre una tipología que supone una cuarta parte de las interrupciones súbitas del flujo sanguíneo al cerebro

Víctor S. Vélez
27/12/2021
 Actualizado a 27/12/2021
Iria Beltrán posa con su tesis en el Campus de Vegazana. | L.N.C.
Iria Beltrán posa con su tesis en el Campus de Vegazana. | L.N.C.
Es el "gran desconocido" dentro de los ictus. A pesar de que supone entre un 20 y un 25 por ciento del total que se diagnostican todavía queda mucho por saber del ictus vertebrobasilar, una tipología que ha sido el objeto de estudio de una de las tesis publicadas recientemente por la Universidad de León (ULE). Para arrojar luz, mejorando el disgnóstico rápido y la activación del 'Código Ictus', Iria Beltrán, médico residente en el Complejo Asistencial Universitario de León (Caule), ha realizado un análisis en profundidad de estas interrupciones súbitas del flujo al cerebro en el hospital en el hospital en el que trabaja.

En el Caule se han contabilizado en los últimos tres años 274 ictus vertebrobasilares. Todos ellos son los que ha analizado Iria en su tesis de la ULE. "Unos pacientes venían y a otros les llamábamos para saber cómo son de válidos a los tres y a los seis meses de sufrir el ictus. Unos casi no tienen movilidad y otros han fallecido, pero vemos el grado de discapacidad que ha dejado", explica la médica.

En el hospital de León se han contabilizado 274 episodios de este tipo en los últimos tres años Iria es gallega pero ha realizado su residencia en la especialidad de neurología, que termina en mayo, en el hospital de León. Con este estudio pretendía analizar si había diferencias significativas con los tipos de ictus isquémicos o hemorrágicos más conocidos. "La mayoría son los de circulación anterior, que son los de la clínica conocida de que se tuerce el cuerpo, la boca o duele el brazo. Los vertebrobasilares también son cosas muy serias, tienen una morbimortalidad mayor y una clínica abigarrada, por lo que se detectan mal. Queríamos estudiarlos para ver qué problema había para abordarlos con una menor demora y una mayor calidad asistencial", plantea la autora de la tesis doctoral.

Una clínica "menos evidente"


De esta forma, sus estudios advirtieron un "retraso asistencial muy notorio" y, por tanto, "mucha menos reacción al 'Código Ictus'". El 'Código Ictus' es un protocolo que coordina a Atención Primaria, Emergencias, neurólogos y otros profesionales sanitarios que se activa cuando se sospecha un episodio de este tipo en el paciente, pero en el caso de los vertebrobasilares "la clínica es menos evidente", con mareos, visión doble o vómitos, y complica un diagnóstico rápido. De este modo, en muchos casos no se da la importancia que merece a la situación y "se llega tarde, no pudiendo hacerse mucho".

En sus fases iniciales a veces solo provocan mareos o visión doble y esto dificulta la activación del 'Código Ictus'Iniciar el tratamiento después de la fase aguda agrava las secuelas de estos ictus. Llegar en los primeros compases sí que permitiría "una mejora en el proceso". Esta neuróloga ha analizado estos tiempos de respuesta, pero también datos demográficos, factores de riesgo, pronósticos...

De este modo, la tesis de Iria ayuda a elaborar "protocolos más completos", aportando resultados reales. Por ello, no duda en calificar el trabajo realizado como "útil" y cree que puede ayudar en el servicio en el que trabaja y prestar una mejor atención a los pacientes leoneses.

Factores de riesgo


Iria llegó a conclusiones como que cuanto mayor edad tiene el paciente hay menos tendencia a activar el 'Código Ictus'. Así, en mayores de 80 años es «notoriamente» inferior esta identificación del ictus vertebrobasilar. Factores de riesgo como ser fumador llevan también llevan a que este procedimiento se ponga antes en marcha.

No obstante, la tesis pone de manifiesto que la hipertensión arterial es el principal factor de riesgo para sufrir un ictus de este tipo. Dos de cada tres pacientes que lo sufren tenían hipertensión en sus antecedentes. La dislipemia también influye en una mayor tendencia a este tipo de ictus, incluso por encima del tabaquismo o la diabetes.

Los estudios estadísticos también reflejan que es más frecuente sufrir un episodio de este tipo en los hombres que en las mujeres: dos se dan en ellos por cada uno en ellas. La media de edad de los leoneses que pasan por un ictus vertebrobasilar es de 69 años, aunque el grupo predominante es el de los mayores de 80.

Aprender a identificar este tipo de ictus resulta fundamental para la supervivencia y la calidad de vida de quienes lo sufren. En este sentido, las investigaciones de Iria son de suma importancia y es que tan solo en 18 de los 274 casos estudiados se puso un tratamiento en la fase aguda. Poco más de un seis por ciento de los ictus vertebrobasilares se detectan en el momento oportuno y esto da un amplísimo margen de mejora.

De este modo, la tesis apunta a que es necesario "intensificar" la educación en población de riesgo para que sepa identificar estos episodios y, al mismo tiempo, "ampliar los conocimientos sobre la sintomatología" entre los sanitarios que asisten al paciente en las primeras fases del ictus vertebrobasilar. Objetivos a los que acerca esta tesis y que permitirán hacer frente con mayores garantías a un ictus del que todavía queda mucho por conocer.
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