El portavoz del comité científico de Hispania Nostra, Alfonso Muñoz reconoce que en ambos casos la carencia de estos elementos ha sido la de llevar a cabo un mantenimiento que no les permitiera el deterioro que tienen en la actualidad. La falta de conservación hace que la lista roja los recoja con el fin de despertar o servir de «llamada de atención» a las autoridades y que tomen medidas al respecto.
Hispania Nostra recuerda que la extinta Sociedad Anónima Minero Siderúrgica de Ponferrada acumuló un importante parque de locomotoras de vapor para dar servicio al ferrocarril de la línea Ponferrada – Villablino, inaugurado en 1919 y promovido por el ministro Francisco Cambó. Destacó por ser la última línea de Occidente en la que se utilizaron locomotoras de vapor. Pero la tracción diésel hizo que quedaran relegadas, sobre los años 80. De hecho las locomotoras PV 19 y PV 31 fueron las últimas en apagarse en 1989.
Una vez apartadas del servicio, según explica Daniel Pérez Lanuza, el grueso del parque de locomotoras de MSP se mantuvo semiabandonado en los antiguos solares de la Compañía en Ponferrada hasta 1998, cuando se rescataron algunas para el Museo Municipal del Ferrocarril de Ponferrada. Las últimas locomotoras en funcionamiento, la PV-19 Krauss (Munich 1920), comprada al ‘Ferrocarril de la Robla’ en 1961 y la locomotora PV31, Maffei (Munich 1913) adquirida al ‘Ferrocarril de Plazaola’ fueron restauradas, pero otras muchas no corrieron la misma suerte.
Las locomotoras que no tuvieron la fortuna de integrar la colección del museo fueron colocándose en distintos lugares, casi siendo arrinconadas y olvidadas en las antiguas playas de vías, convertidas en escenario de graffitis.Entre las nueve locomotoras abandonadas se distinguen 2 locomotoras Krauss fabricadas en Múnich en 1914, 5 locomotoras Baldwin fabricadas en Estados Unidos, y 2 locomotoras Macosas más recientes fabricadas en España en la década de 1950 en la factoría de Barcelona. En la actualidad, estas locomotoras no tienen una protección específica y su estado de conservación es de «abandono», define la Lista Roja y «de extrema vulnerabilidad, con amenaza grave de desaparición».
«Décadas de abandono a la intemperie, vandalizadas y sometidas a una climatología adversa amenazan el reducir a óxido estas centenarias locomotoras. Carecen de una figura jurídica de protección patrimonial de ámbito autonómico», apunta. Por eso se incluyen en la lista, que entiende que su valor patrimonial «atiende a la dimensión técnica, estética y simbólica que rodea a la tracción vapor. Las locomotoras de vapor constituyeron el emblema de la línea de ferrocarril Ponferrada-Villablino», advierte.
El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón lamentó el estado de las locomotoras y da por hecho que no todas podrán recuperarse, aunque espera que algunas se incluyan en el proyecto de recuperación de la placa ferroviaria como un elemento de arquitectura industrial de la ciudad. Un proyecto de grandes dimensiones que busca alianzas fuertes «porque hace falta un músculo financiero importante», explica Ramón. Pero apunta que «lo que allí hay no se ha destruido en dos años que lleva este equipo de Gobierno, es un ejemplo de la dejación de funciones », lamenta el actual regidor.
La cuna de Gil se cae
En la Lista Roja se apunta también la casa en la que nació el escritor romántico Enrique Gil y Carrasco. Una casa blasonadas en la popular Calle del Agua de la localidad de Villafranca del Bierzo.Enrique Gil, autor de «El Señor de Bembibre» entre otras cosas, nació en 1815 en esta casa ya que su padre, Juan Gil, natural de Soria, era el administrador de las fincas del marqués de Villafranca y de la Colegiata de Villafranca. En esta casa vivió la familia hasta 1821, fecha en la que salió a la luz una estafa del padre a los marqueses por valor de 20.114 reales. Este hecho provocó que la familia se trasladase a Ponferrada, donde también hay otra vivienda que recuerda su paso por esta localidad.Su casa de nacimiento tiene dos plantas, 400 metros cuadrados y es diáfana en su interior.
A cada lado del balcón, hay una placa conmemorativa que recuerda que allí nació el escritor Enrique Gil y Carrasco, pero eso no ha hecho que el inmueble se ponga en valor. De hecho lleva cuatro años a la venta porque el Ayuntamiento de Villafranca dice no tenercapacidad económica para asumir la compra y arreglo, expone Hispania Nostra.
La vivienda no tiene protección alguna y está en ruinas. Solo se conserva su fachada y en 2020 se derrumbaron parte de uno de los balcones de la fachada. Su estado es de «ruina inminente».