Durante mucho tiempo, hasta no hace tanto, la minería fue uno de los motores que movían la economía leonesa. De hecho, su cierre supuso tal revés –en especial, por el brutal descenso de población– que todavía hoy no nos hemos recuperado…
La vida ligada al carbón –como puedes suponer– no era precisamente cómoda; no solo por el trabajo en sí –que también, claro– sino, además, por los riesgos que conllevaba. Las malas noticias eran, por desgracia, demasiado frecuentes.
Una de esas tragedias, imposible de olvidar, de la minería leonesa tuvo lugar hace ya setenta años –se cumplieron el lunes pasado– en nuestra Montaña Oriental, en la pequeña localidad de Oceja de Valdellorma –que pertenece al municipio de La Ercina–: el 10 de junio de 1954, cuando pasarían veinticinco minutos de las doce del mediodía, tuvo lugar una gran explosión de grisú –se debió de escuchar incluso en Cistierna, que estará como a diez kilómetros– en la mina ‘La Única’, que se encontraba al lado mismo del barrio de ‘Casetas’, construido precisamente para dar cabida a sus trabajadores.
El accidente –nunca se supo a ciencia cierta a qué se debió– acabó con la vida de catorce mineros. Con todo lo que eso supuso principalmente para sus familias, pero también para amigos, compañeros de trabajo… y, en general, para todas las gentes del entorno. Y si las primeras horas debieron de hacerse eternas –nervios, desconcierto, alboroto, preguntas sin respuesta…–, el momento más estremecedor tal vez fuera el del funeral conjunto y la despedida de los difuntos en la ‘Casa Sindical’ de La Ercina, antes de dirigirse a sus respectivos pueblos para recibir sepultura.
En 2014, sesenta años después de la tragedia –hace ya diez–, se estrenó un documental dirigido por Raquel Rodríguez, natural de La Ercina, con testimonios de quienes la vivieron en primera persona. Si tienes ocasión, no dejes de verlo; es francamente impactante. Se titula ‘Los 14 de Casetas’. Así han pasado a la historia los fallecidos. Descansen en paz.