He leído el artículo de Félix Garcia Rodriguez sobre los consejos para actuar ante un perro en el monte por parte del Secretario de la Sociedad Canina de León y no salgo de mi asombro. Soy una gran amante de los perros y una gran amante del monte y por ello me he encontrado en varias ocasiones en situaciones así. Lo que no me parece de recibo es que no puedas andar por un camino entre pueblos, y ya no te digo si vas con tu perro. Me parece que tras varios casos así habría que ir tomando medidas. Nos guste más o menos, las formas de vida, las costumbres, los hábitos y las aficiones evolucionan, y la fauna salvaje, la ganadería y sus perros y los viandantes y ciclistas debemos encontrar la manera de convivir, pero habrá que buscar la manera de hacerlo de la forma más segura posible.
Sinceramente, me parece indignantes varias de las frases contenidas en el artículo, desde lo de no grites hasta la de que la llegada de viandantes y ciclistas conlleva la llegada de conflictos y más aún teniendo en cuenta los desgraciados hechos acontecidos recientemente. Qué fácil es decir no te pongas nervioso cuando tienes delante a 2, 3 o 7 perros de 50 a 70 kg…
La convivencia significa que ambas partes, o tres, si incluimos la fauna salvaje podamos convivir. Información sobre los caminos o rutas, limitar el paso temporalmente a viandantes en determinadas zonas si fuera necesario, utilizar vallado en zonas donde los perros quedan solos con el ganado serían, en mi opinión, algunas de las acciones. El conocimiento sobre cómo actuar en estos casos es necesario, por supuesto, aunque sea complicado llevarlo a cabo, pero creo que la responsabilidad no debe caer en la supuesta ignorancia de la gente disfrutando de la naturaleza.