Podemos decir que la sociedad de hoy en día es esclava de los dispositivos móviles. Somos nosotros la generación que ha crecido rodeada de este tipo de dispositivos y es por eso un tema muy actual y con mucho peso en nuestras vidas. Estos aparatos nos hacen la vida más sencilla pero a la vez nos hacen ser dependientes de ellos mismos. Podemos ver las dos caras de la moneda: la maravillosa capacidad de hacer fotos con una calidad seguramente mejor que la de muchas de las cámaras que actualmente están expuestas en el mercado, habilidad de conectarse a internet en cualquier lugar del mundo. No obstante, encontramos también la cara que nos hace estar enganchados las 24 horas del día para no perdernos nada de lo que está pasando a nuestro alrededor. Ya es una realidad, el hecho de no poder estar una hora seguida sin conectarnos al teléfono móvil. La sensación de desazón está ya presente enmuchos usuarios cuando no lo llevan encima. El hecho de poder llevar un mundo de información en nuestro bolsillo, no nos obliga a abusar de ello ya que podríamos caer en una enfermiza adicción. Todo esto es culpa de padres y madres que compran móviles a sus hijos poco después de haber aprendido a leer.
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