La calle Ramiro Valbuena, es una de las más anchas de la ciudad, que une dos puntos fundamentales en el centro de León: La Avenida Padre Isla con la Plaza de la Inmaculada. Por si fuera poco, con conexión con otras dos calles: Ramón Álvarez de la Braña y Juan Madrazo.
Con un año de obras y después de gastarse el Ayuntamiento de León, innecesariamente, más de seiscientos mil euros, para dejarla como estaba: aceras, aparcamientos a ambos lados y circulación en dirección Padre Isla-Inmaculada.
Bien; terminada la obra, ahora dicen que no, que la van a dejar peatonal y todo lo hecho no sirve para nada. Justifican la peatonalización diciendo que así lo quieren los propietarios de las viviendas ¡FALSO! Solo nueve propietarios han contestado a esa pregunta, propietarios que no viven en la calle y les importa un pepino que sea peatonalizada o no, sin que los más de doscientos vecinos que tenemos negocios o vivimos de alquiler se nos haya preguntado nuestra opinión.
Es un dislate, por descontado, para dar rienda suelta a la manía de peatonalizar una calle más, que era lo último que necesita Ramiro Valbuena, por su situación, características de la calle y grado de interconexión en el centro de la ciudad.
Un dislate más, es el anuncio de que retirarán los contenedores y recogerán las basuras en los domicilios, «vamos que nos vamos» al siglo XIX. Es tremendo cuando quienes deciden reciben dinero de Europa y se les llena la cabeza del «modismo reinante» sin tener en cuenta lo que realmente importa a los vecinos, a los negocios y a la ciudad en su conjunto.
Un ‘dislate’ según la Real Academia Española, es «un disparate, una barbaridad, un desatino, una imprudencia, una locura, una insensatez» Pues bien, todo eso es lo que han hecho o quieren hacer con la calle Ramiro Valbuena.
¡No más dislates y dejen las cosas en su sitio!