El viernes 25 de octubre la primera cadena de TVE retransmitió la ceremonia de concesión de los premios Princesa de Asturias. Tuve ocasión de asistir a ella como telespectador, aunque, por razones que no vienen al caso, obligado a leer los subtítulos, sin sonido, por tanto.
Ya desde el principio advertí que costaba trabajo seguir las transcripciones, aunque el gran interés de la intervención de la rumana Ana Blandiana, narrando su desasosegadora experiencia bajo el comunismo, hacía que los evidentes defectos de los textos pasaran a un segundo plano.
No mejoró la cosa después; al contrario, textos deslavazados, a veces simplemente incomprensibles, hacían muy difícil seguir las intervenciones para el espectador que no disponía, como yo, del audio.
Así, incluso empezaron a aparecer palabras extrañas como, por ejemplo, «nescafé» (sic), incluso extemporáneas siglas como «PP», llegándose a la traducción del apellido Ignatieff de uno de los premiados por «Ignacio». En fin, un cúmulo de despropósitos en los textos de las intervenciones que mermó la calidad de la retransmisión, restando la evidente brillantez con la que se estaba desarrollando el acto.
Esperemos que para la próxima ocasión, TVE se esfuerce bastante más en los subtítulos para que la retransmisión de la espectacular ceremonia de la entrega de los premios Princesa de Asturias no pierda un ápice de calidad.