Un deporte de equipo, no de individualidades

Luis Miguel Rojas
17/12/2014
 Actualizado a 06/05/2015

Cada vez es más evidente que el deporte profesional está sometido al poder del dinero y a su aroma contaminante. Fichajes con comisiones sospechosas, indicios de soborno en los procesos de elección de sedes para grandes acontecimientos, como los Mundiales, o el reparto abusivamente desigual del dinero de las televisiones son solamente algunos ejemplos. Pero yo querría centrarme en un pequeño acontecimiento de este mundo ciegamente capitalista, que está atentando contra valores fundamentales del deporte, en concreto del fútbol. Me refiero a la gala para la entrega del Balón de Oro.

Estoy convencido de que ese acontecimiento y cualquier otro que premie de manera individual a un jugador es incoherente, contradictorio y altamente corrosivo en un deporte de equipo como es el fútbol. ¿Y contra qué atenta? Pues contra valores de equipo esenciales como el compañerismo, el respeto, la cooperación, la generosidad, la humildad, la empatía, la responsabilidad, la justicia e incluso la amistad. Los innumerables debates que se desarrollan en los medios de comunicación sobre la sobada gala hablan de méritos individuales y bombardean con cifras de récords y logros personales de los mejores jugadores. Oigo argumentos que están entre lo ridículo y lo surrealista, desde el punto de vista del deporte en equipo, que es de lo que se trata el fútbol, no lo olvidemos.
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