Alegría contenida

Moderadamente contento, satisfecho por el pacto en la Diputación de León, que nos devuelva la ilusión, la dignidad y las ganas de trabajar por el futuro de esta tierra, un pacto que ya tiene que colgar de las paredes de la galería de honor y no esperar más de una década, como tuvo que esperar el retrato deJavier García Prieto.

Bien por el Ayuntamiento y la Diputación, sus acuerdos con otras formaciones,están en la órbita de empezar a realizar otro trabajo, que impulse el desarrollo económico y social de nuestra provincia, con nuestra cultura y tradiciones al frente. Fácil no lo van a tener con el Gobierno de la comunidad de Castilla (según recogía la página web de las Cortes en su titular), el olvido a León es perentorio y hastaun tanto sospechoso por losfallos repetidos, que reclaman concentrar la riqueza en el espacio centralista, dejando a nuestra Región Leonesa relegada ala pobreza y el hastío. Es como, si nos quisieran desnaturalizar y convertirnos en ciudadanos de tercera, a pasar desapercibidos como pasaron ‘Las Sin Sombrero’, mujeres con un únicopapelde esposas y madres, cuando fueron artistas y pensadorasde la generación del 27.

Alegría contenida, para luchar contra la despoblacióny otros 24 compromisos, como el impulso definitivo al Polígono de Torneros. Pero para ello necesitamos el gran pacto, el pacto de estado entre las izquierdas, un gobierno que nosdé garantías, que ponga freno al desarrollo centralista y que sea capaz de buscar la reconciliación de los pueblos y sus clases populares. Un gobierno que dibuje un nuevo mapa territorial, para que las oportunidades sean equilibradas y sensatas. Hoy por hoy la geografía no permite el regreso delos exiliados. Es el momento del cambio, que no sea la lucha de los machos y el orgullo de los ombligos quien destroce esta grandísima oportunidad, es la hora de poner el sombrero a todas y a todos, es el momento de reconocer la importancia de nuestra tierra y devolverlaal sitio que nunca debió perder.