En estos tiempos de crisis, en los que estamos hastiados y rodeados de golfos, que bajo el arte de la política se han hinchado a darnos clases de moralidad y honradez, para luego llevárselo calentito, existen también algunos hombres buenos.
La crisis nos ha golpeado con fuerza, pero en mi opinión, también ha hecho brotar lo mejor de nosotros:solidaridad y generosidad. El desempleo aún está presente en muchas casas. Todos tenemos algún amigo o familiar que lleva mucho tiempo sufriendo este mal. Personas normales, que hasta hace poco tenían un buen trabajo y ahora sobreviven gracias al subsidiocon el que han de pagar hipoteca, comida, colegio, calefacción …
Estoy convencido deque todos en algún momento nos hemos puesto en los zapatosdel desempleado que se levanta cada día para continuar la búsqueda, sin perder la esperanza. Y seguramente por eso, hemos conseguido batir records en solidaridad, y no sólo en estas fechas, sino a lo largo de todo el año.
Parroquias, colegios, oficinas de correos, emisoras de radio y periódicos, conciertos, partidos de fútbol…Muchos son los lugares de recogida en los que podemos dejar un poco de nosotros, incluso algunos renunciando con gusto a cosas tan sencillas como un par de cañas, una entrada al cine, el café con tostada de los sábados en el Cantábrico o las pizzas de los viernes…
Gobernantes y empresarios tienen su mirada puesta en el 2015 y el posible crecimiento de la economía del 2.5%. Algunos hasta se atreven a proclamar el fin de la crisis. ¡ Y ojalá que así sea! Ya es hora de que muchas familias puedan salir del atolladero económico y recuperar cierta normalidad. Eso si, evitando los errores del pasado y el famoso ‘café para todos’. Cuando el Porsche Cayenne (alguno decía Cheyén), se hizo el vehículo oficial de los semiconstructores que se creyeron Villar Mir, años en los que comprar una segunda vivienda sin haber pagado la primera, era una práctica habitual. La vida puede ser maravillosa, y cuantas menos tonterías y necesidades innecesariastengamos en la cabeza, seguro que seremosmás felices.
Por cierto, si hoy ven una procesión por el barrio de la Palomera, con un paso ‘que pide kilos’, y que anda con el izquierdo por delante, mientras la banda de la Victoria toca La Pasión, no se extrañen ni se sorprendan, aún no ha llegado el tiempo feliz y entrañable de la Semana Santa. Pero eso si, echenkilos de comida al trono, sin miedo, que seguro quelo levantan a la música, lo llevan ensayado.
Algunos hombres buenos
20/12/2014
Actualizado a
10/09/2019
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