Andalucía, un destino y un deseo

Andalucía ha despertado en varias ocasiones de la opresión real de su pueblo por diversas causas: conquistas, invasiones, abusos de señores y nobles, explotación de señoritingos atiborrados de dinero, necesidad, malestar social, mentiras de partidos políticos, que deberían luchar por su bienestar, traiciones insólitas, traiciones en definitiva a la personalidad de todo un pueblo que siempre se ha declarado muy amante de su tierra, sus tradiciones y sobre todo de España a la que se siente ligada por lazos estrechos y ha contribuido a su desarrollo especialmente de algunas regiones que fueron favorecidas por las ayudas centralistas y que los andaluces aportaron los brazos para el trabajo real y sólo han recibido la consolación de la paguita y el subsidio ,cuando realmente lo que merecían era la ayuda y el empuje en su desarrollo que ahora parece tomar forma brillante.

La Andalucía que aparece en las crónicas y referencias literarias, sobre todos aquellas que alimentaban la leyenda negra española, nefasta, desde dentro y fuera, está remontando el vuelo de la consideración, primero como región y también está resucitando ese orgullo del sentir andaluz y amante de su tierra.

Los últimos indicadores económicos así lo certifican gracias a varios factores importantes que se han dado en los últimos tiempos y que trataremos de señalar.

En primer lugar la conciencia de un cambio en todos los sentidos, similar a lo que le ocurre a una persona que no se quiere a sí misma, disponiendo de una serie de valores que la hacen singular y esencial.

Andalucía es historia de la grande, secuestrada por seres mezquinos que no han sabido compartir la gran riqueza que posee y que se han dedicado a vegetar y obstruir el normal desarrollo de una tierra que de por sí misma, ofrece todo lo que es necesario para el ser humano. La gran falacia se desmorona al comprobar que si hay unos planes de desarrollo económico adecuados, la tierra, la propiedad, el emprendimiento y la innovación pueden ir de la mano y ofrecer a todos una plataforma de desarrollo para que todos dispongan de bienes en mayor o menor medida según el patrimonio y la entidad del proyecto. Hasta hace podo esto que apuntamos era obstruido constantemente por el señoritismo, la abulia, la falta de ideas, la corrupción y la indolencia de quienes deberían haber hecho algo por el pueblo y se dedicaban al puro, la copa , la cervecita, la cigalita, el poder y el paseo en caballo enjaezado y cortijo palaciego, regado con salarios de pobreza, dependencia inhumana, subsidios pesebreros y política destructiva. El signo parece haber cambiado ,y decimos parece porque afirmar algo rotundo en nuestra España sorprendentemente es jugarse el cocido, mas por lo que podemos comprobar los signos son evidentes y el deseo de mandar a los negreros a la porra y el ímpetu de suscitar el trabajo, el progreso y las ansias de mejora son evidentes.

La geografia de esta bendita región andaluza es variada en todos los aspectos y muy propicia también a la diversidad y la tendencia de poder realizar proyectos que en otros lugares no son posibles ,ya que tiene de todo lo que se pueda pedir y también de aquello que no se puede ver y que si hubiera más decisión de los capitales hispanos comprobaríamos cómo se transformaba esta región en lo que es realmente ,una de las zonas geográficas más ricas y atrayentes de Europa y del mundo . Se trata de una tierra que tiene de todo y padece de todo también, porque hasta este momento las instituciones no se habían percibido de que el desarrollo comienza por los propios pueblos y termina en la totalidad del territorio que así aporta riqueza al resto de la nación. En Andalucía cada provincia es una sorpresa porque tiene su propia personalidad, rasgos climáticos, desarrollos distintos, peculiaridades diferentes, aunque el sentir es el mismo con sus lógicas y estimulantes rivalidades.

Las gentes de Andalucía disponen de gracejo, chispa, imaginación, creatividad ,además de saber padecer las carencias como para desarrollar su propia hoja de ruta y contribuir además al desarrollo de los demás pueblos ,porque no en vano llevan en su ADN la tremenda losa de haber emigrado hacia todos los lugares que les acogían, aunque no siempre han tratado su aportación con el respeto y agradecimientos lógicos. Los andaluces han dejado siempre muy alto su sello personal y cuando se ha viajado para conocer la tierra y la historia maravillosa de este pueblo, el visitante se da cuenta de que es un pueblo acogedor, agradecido, sencillo y orgulloso de poseer un legado y una muestra de arte, cultura e historia muy singular y notable.

Por último decir que nos alegramos de que Andalucía haya despegado en ese vuelo que la conduce a que se conozcan mejor sus valores, su verdadera historia, sus objetivos y a hundir en el mar tenebroso de los improperios todas las descalificaciones e insultos que ha recibido por desconocimiento y falta de respeto hacia los pueblos de ciertas sociedades que se las dan de prósperas cuando su riqueza precisamente se ha basado en la explotación y desagradecimientos hacia las personas que tuvieron que ir a buscar el pan con el que alimentar a sus familias, tratadas sin piedad por los que poseían la tierra y el dinero y se lo ninguneaban a los que explotaban.

Como dice el spot publicitario de la Junta de Andalucía: ‘Date una alegría, ven a Andalucía’.

Nota.- Este artículo ha sido escrito mucho antes de conocer el nuevo rumbo que toma la política andaluza con el resultado electoral del 19 M, que ratifica el deseo de cambio y prosperidad que desea el pueblo andaluz.