Claudia Cendón de la Mata

Animales, amor y psicopatía

10/03/2024
 Actualizado a 10/03/2024
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Últimamente, he estado reflexionando bastante acerca de varios elementos del día a día que suelen resultar enormemente beneficiosos para muchos de mis pacientes. Uno de estos elementos, que es del que voy a hablar en este artículo, es la convivencia con animales. Evidentemente, aquí los beneficios los obtienen las personas a las que les gustan los animales, ya que para quienes no les gustan, no tiene ningún sentido convivir con ellos. Pero hay cada vez más personas que aman a estos seres vivos y a las que, su compañía, les aporta una gran cantidad de bienestar y de felicidad. Esto ocurre especialmente con los perros, que en muchos casos resultan ser muy cariñosos y divertidos, además de nobles y leales. Y algo parecido ocurre con los gatos que, aunque tienen fama de ser más ariscos, esto no siempre es así. Gracias a los animales, muchas personas pueden sentirse acompañadas frente a la soledad, con un amigo fiel (o, en cada vez más casos, varios), que permanece a su lado y que no miente, no falla y no traiciona. Además, el hecho de tener que responsabilizarse de los cuidados que requiere una mascota, otorga una rutina y establece una estructura de vida que también suele resultar muy positiva. Teniendo en cuenta el más que evidente descenso de la natalidad y el progresivo aumento de los animales domésticos o de compañía, es completamente lógico que se diga que, hoy en día, los animales son los nuevos hijos y las plantas son los nuevos animales. 

Además de todo esto, cada vez es más frecuente y tiene mayor relevancia la Terapia Asistida con Animales, a través de la cual se emplea la ayuda de estos seres vivos para el tratamiento de multitud de problemas de salud, tanto a nivel físico como a nivel mental, que padecen los seres humanos. Lo más habitual es la terapia con perros, pero también tiene mucha importancia la terapia con caballos y con otros mamíferos. Está demostrado científicamente que su compañía puede resultar muy beneficiosa para la intervención en numerosas patologías, aunque aquí hay que aclarar que se trata de un tratamiento complementario y que no debe aplicarse por sí solo, sino que tiene que ir unido al tratamiento médico (en el caso de los problemas de salud física) o al tratamiento psicológico (en el caso de los problemas de salud mental) correspondiente. 

Por todo lo mencionado anteriormente, y por muchas otras razones, me resulta absolutamente incomprensible el hecho de que existan tantas situaciones en las que no se trata correctamente a los animales. Desde que nací, siempre me he preguntado qué sentido tiene pagar dinero para ver cómo un señor tortura a un toro salvajemente, hasta quitarle la vida de la manera más cruel. También, me pregunto por qué llegan a las protectoras tantos perros y tantos gatos que han sido maltratados y que es probable que permanezcan con secuelas físicas o psicológicas durante el resto de sus vidas. Y por supuesto, me pregunto qué es lo que lleva a determinados cazadores a matar animales, no por necesidad o por trabajo, sino simplemente por entretenimiento y por diversión. Solo se me ocurre una posible respuesta a estas tres preguntas que me formulo: la psicopatía. Solo la ausencia total de empatía y el disfrute con el sufrimiento ajeno, pueden estar detrás de todas estas atrocidades. Y esto no es una opinión personal, sino que es una valoración profesional. 

Y, dado que el maltrato animal es un tema que me enfada muchísimo, prefiero terminar de escribir este artículo de una forma más positiva, mencionando, poniendo en valor y agradeciendo la labor de las personas que cuidan a los animales y que los tratan debidamente, con el respeto, con el cariño y con el amor que todos ellos merecen.

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