El año pasado por estas fechas estaba buscando con la oficina de empleo de la Fundación para Refugiados San Juan de Dios una puerta de entrada para entrar en el mundo del periodismo, que fue mi anterior campo de trabajo durante más de 17 años en mi país, Palestina, antes de abandonarla y buscando refugio en España. Encontrar un trabajo o una oportunidad de voluntariado en el campo de los medios en ese momento era una tarea casi imposible, especialmente porque había llegado aquí hace solo unos meses y en ese momento no dominaba el idioma español, el cual todavía estoy estudiando hasta este momento con la esperanza de dominarlo algún día...
Durante la extensa investigación, encontramos la dirección de correo electrónico del Sr. David Rubio, director del periódico La Nueva Crónica de León. Le escribimos y le explicamos la situación. El hombre estaba emocionado de conocerme y concertar una cita para visitarlo en la sede del periódico. Honestamente, no esperaba obtener ningún resultado positivo de esta reunión, pero el Sr. Rubio fue una persona positiva, profesional, cooperativa y comprensiva. Me dijo que actualmente somos autosuficientes en personal, pero si quieres escribe en el periódico, podemos publicar artículos para ti como periodista palestino refugiado aquí en León.
Acepté con gusto la oferta, aunque el trabajo fuera voluntario. Como dije al principio, estoy buscando una puerta de entrada para volver a mi trabajo periodístico o cualquier forma cercana a él, aunque tenía miedo y nervios. Esta tarea, que está relativamente alejada de mi campo de trabajo principal. Siempre he trabajado como locutor o reportero de noticias en el campo de la radio y la televisión, no pude trabajar en el campo del periodismo escrito, y el más difícil. Lo más importante es que escribiré artículos en un nuevo idioma que aún no domino.
Pero como siempre digo, una persona no puede lograr nada sin correr riesgos, entonces decidí escribir en el periódico La Nueva Crónica, que fue una forma de que la gente me conociera, especialmente periodistas y medios de comunicación españoles, que empezaron a solicitar contactarme para realizar entrevistas de prensa para hablar sobre los acontecimientos del 7 de octubre en Gaza y otras cosas. A esto le siguió el genocidio contra el pueblo palestino, y mi familia y yo nos convertimos en el centro de atención de todos, especialmente porque soy un periodista que presenció muchos acontecimientos en Gaza y trabajé allí durante muchos años.
En días como estos el año pasado, durante los preparativos de Navidad, el periódico La Nueva Crónica publicó mi primer artículo, que llevaba por título (León en los ojos de un refugiado palestino). No os ocultaré un secreto que fue mi sentimiento ese día mezclado con alivio y ansiedad al mismo tiempo, pero la reacción positiva de las personas que me rodeaban fue crucial. Ese apoyo me animó a seguir adelante y seguir escribiendo hasta el día de hoy. A lo largo del año he ido escribiendo a un ritmo de dos artículos al mes, por lo que hoy mi artículo es el vigésimo cuarto del primer año, lo que considero un comienzo algo satisfactorio, con la esperanza de que el número aumente a lo largo del año y en los próximos meses a medida que se acumula experiencia durante la nueva experiencia.
El testigo de todo esto es que hay personas que pueden verse controladas por el miedo o la timidez de emprender y correr riesgos para alcanzar su objetivo. Algunas pueden rechazar oportunidades que pueden ser pequeñas al principio pero que sin duda crecerán con el tiempo pueden rechazar la idea del voluntariado o el trabajo gratuito e ignorar lo que podrían ganar con él, entre otras cosas. El trabajo voluntario puede abrirle horizontes que antes no esperaba, y subestimar estos detalles que parecen pequeños puede desperdiciar muchas oportunidades para jóvenes ambiciosos, especialmente refugiados entre ellos que se vieron obligados a empezar de nuevo sus vidas desde cero e intentar regresar a sus vidas normales, su trabajo original y su especialización académica. Quien quiera realizarse debe aceptar las oportunidades más simples, incluso si no satisfacen sus ambiciones futuras, deshacerse del miedo y la frustración, y poner el pie en el primer peldaño de la escalera hasta alcanzar la cima con éxito, con mucho esfuerzo y determinación y trabajo duro e incansable para ganarse la confianza de los demás y formar una base pública que le ayude a alcanzar su objetivo, aunque sea gradual...