Escupí para arriba y me acaba de caer. Me llevo burlando del pataleo de aquellos que denuncian la apropiación cultural como fenómeno tóxico desde que oí hablar de ello por primera vez. Porque si algo es la cultura es mezcla y apropiación. Pero ahora clamo yo (¡totalmente rabiado!) contra unos apropietas que han tenido la desfachatez de poner una canción sagrada (en el sentido más pagano del término) como ‘La Leyenda del tiempo’ de Camarón en un anuncio para vender coches. Y no solo eso, también se sirven de un poema de Manuel Machado titulado ‘La Copla’ que una voz en off declama sobre imágenes y subtítulos.
Es lo que pasa cuando se contrata de publicista a gente con gusto educado a prisas y sin ética, que venden lo más valioso del arte por cuatro llantas. Ellos son los demonios tentadores y los dueños de los derechos los faustos atolondrados.
La multinacional responsable es Volkswagen, empresa a la que todavía tengo algo de respeto a pesar del ‘dieselgate’ y de su rampante crisis, motivada en parte por algo que honra a todas las empresas alemanas que tanto la están cagando: el paralizante gobierno corporativo donde intervienen trabajadores y representantes de los landers.
El coche en publicitado es un Golf, que cumple cincuenta años reventando todos los récords de ventas y habiendo fidelizado a millones, por eso la campaña acude a esa idea de ser copla. Pero usar algo tan sublime para hacer más caja es mezquino, es arrastrarlo. Y a pesar de ello la situación tiene paradójicamente un efecto positivo en lo que al alcance de la difusión de la obra de esos autores se refiere. A lo cual, para desquite, vamos a adelantarnos en plan chiquilaje (o correr a traición para llegar primero) dejando a los lectores el poema completo del Machado del Cante Hondo que tan bien (apuntó Tangana) define la trascendencia:
Hasta que el pueblo las canta / las coplas, coplas no son / y cuando las canta el pueblo / ya nadie sabe el autor. / Tal es la gloria, Guillén / de los que escriben cantares: / oír decir a la gente / que no los ha escrito nadie. / Procura tú que tus coplas / vayan al pueblo a parar, / aunque dejen /de ser tuyas / para ser de los demás. / Que al fundir el corazón / en el alma popular, / lo que se pierde de nombre / se gana de eternidad.