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Aquí no hay nada

16/04/2024
 Actualizado a 16/04/2024
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Esta es la contestación que recibes cuando, en fechas determinadas y que, como consecuencia de vacaciones o permisos de los leoneses que están buscándose la vida en aquellos lugares dentro y fuera de nuestra frontera recibes, porque aunque aquí lo venden tinto, lo beben en otras partes.

De vez en cuando aparecen manifestaciones, como las que se han declarado en este mismo medio, y recogidas por María Herrero, hechas por el alcalde leonés, José Antonio Diez, plantando cara a la ‘brillante’ idea (es un decir) expresada por la Junta de Castilla y León de celebrar en 2030 (tarde lo fiáis) «la unión de los reinos de León y Castilla». Según lo anunciado por la mencionada Junta con la creación de la «Fundación para la promoción de los valores y la identidad de León y Castilla».

Estudiada así la cosa parece un dispendio a favor del Reino de León con el fin de mantener a esta provincia con la boca tapada a la hora de reivindicar lo que tanto necesitamos para sostener aquí a nuestra juventud bien formada, en una Universidad no menos buena.

El alcalde aporta ideas a la junta sobre como se deben destinar los dineros: a la sanidad, a la educación y a otros servios sociales, con especial hincapié en la sanidad y en la falta de camas en la UVI; así como en los colegios o dando mayor impulso a nuestro aeropuerto que aquí pocas veces hay nieblas que impidan su utilización, sin segundas.

También conviene recordar las acertadas manifestaciones del vicesecretario general de la Unión del Pueblo Leonés (UPL), y portavoz en el Ayuntamiento de León, Eduardo López Sendino, respondiendo a las declaraciones de la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, con buen sueldo, en el sentido de apostar por tener como único aeropuerto el de Valladolid por la idoneidad que su nombre indica, «Villanubla», expresando en el mismo las «buenísimas condiciones climatológicas» que ofrece para el aterrizaje y despegue de los aviones (esto es cosa mía), sin tener en cuenta la cercanía y tiempo que hoy día los modernos ferrocarriles prestan, acortando la distancia con la capital de España.

En definitiva, no sé qué tiene (o si) León que todo se vuelven intentos de silenciar nuestras virtudes, así como de evitar instalaciones de proyectos industriales para que, con maneras sibilinas, sean desviados a otros lugares de la comunidad y, como dice el refrán, aunque en este caso nadie le haya otorgado la legitimidad para llevarlo a cabo: «El que parte y bien reparte se queda con la mayor parte». Creo que no hacen falta comentarios.

Mientras esto no cambie, como es el deseo de la mayoría de los leoneses, lo mejor es no mencionar la soga en casa del ahorcado. Aviso a navegantes, en este caso a nuestros representantes. Volviendo al enunciado de quienes dicen desde afuera que aquí no hay nada, les diría: «A  ver si con lo que aquí nos sobra, de talento, gente preparada y conocimientos, son capaces algunos de completar lo que a ellos les falta».

Al hilo de aquella canción de finales de los ochenta, interpretada por el conjunto musical de moda, ‘Los Refrescos’, y que decía lo de «aquí no hay playa», refiriéndose a la capital de España, yo les diría que, aunque carecieran de playa, algunos bien se bañaron.

Me alegra sobre manera saber que, desde la Ciudad Condal Española, asentado de hace muchos años, sin renunciar a los orígenes, nos siguen leoneses como Pedro Alonso Velasco.

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