Cuando el mundo aguardaba, expectante, el primer berrido del ‘mamut’ americano (léase Trump sin ningún ánimo de ofender sino tan solo de describir), salta la noticia de la amenaza que éste le lanzó al de Colombia, con aplicarle los aranceles si no le permitía aterrizar dos aviones llenos de emigrantes. ¿Y, qué sucedió? Pues. lo de siempre: que el hispano se achicó a la primera de cambio.
¡Ah, los aranceles! Ya casi ni nos acordábamos Largo y prolijo resultaría aquí enumerarlos, esos tributos con los que que los poderosos, a modo de argollas, tienen atados a sus súbditos. Reyes, obispos, nobles, (y demás morralla, como diría ‘AnGLillo’ el de Cármenes) son titulares, no se sabe en virtud de qué derecho divino o human, a «repercutir» sobre sus súbditos una derrama de pagos sobre cada paso que den en esta tierra... sobre cada suspiro... sobre cada sueño realizable o no realizable. El vulgo no los llama aranceles, ni tributos, el vulgo suele ser zafio e ignorante. El vulgo paga y calla.
Pero no solo el vulgo paga aranceles. También algún truhán lo hace. Alguien, como Pedro Sánchez, que sustenta su poder sobre los hombros de un presunto genio galopante.
Pues en esas andábamos cuando suena la campana de la historia y nos recuerda que hace ahora 80 años que el ejército ruso liberó a los desgraciados que aún quedaban medio vivos encerrados en en el infernal reducto de Auschwitz. Y por mucho que conozcamos la historia verdadera y hayamos leído todo sobre el horror de los horrores, y hasta hayamos leído a los poetas que, como Celan, escribieron versos después de sufrir el exterminio tan solo por nacer judíos. Sus padres, rumanos, perecieron los dos. Pero por mucho que tratemos de olvidar, es que de verdad somos también culpables... Culpables de vivir, de haber nacido (como el cronista) mientras estaban ocurriendo estos desastres... Culpables de no habernos arrojado todos al Sena (Como el poeta Celan) cuando su conciencia ya no pudo soportar aquellos aranceles que el recuerdo le imponían paseando, libre, por las calles... «Solo infidente soy fiel, yo soy tú si yo soy yo» «Más negro en el negro, más desnudo voy». Lo escribe Celan en ‘Amapola y memoria’.
Pero hay aranceles imposibles de pagar. Aunque, en el colmo de la desesperación, siempre hay a mano un río, o un barranco, donde naufragar.
Y se preocupan muchos por la llegada de la IA china, la ‘deepSeek-V’ ese Chat GPT al que le preguntas todo y te responde en segundos, excepto si le hablas de las matanzas de Tiannamen y otras barbaridades cometidas por sus creadores sagaces.