22/03/2015
 Actualizado a 14/09/2019
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Entre los peores arranques de una novela que recuerdo, aquél de Marcial Lafuente Estefanía en el que venía a decir que caía el sol sobre las cabezas de los hombres que no tenían sombrero y sobre los que tenían sombrero pues no. El viernes, en León, el sol caía muy raro, como si Mauricio Peña le hubiese puesto un filtro. La luz era pálida y plomiza y los leoneses miraban al cielo buscando una explicación que no encontraron hasta que, siguiendo el dedo de Guzmán (que ya tiene principios de párkinson para hacer bueno el refrán, con tanto cambio en el proyecto de integración ferroviaria), miraron hacia la estación de tren y vieron llegar a la ministra de Fomento.Ana Pastor es un eclipse en sí misma porque puede hacer de sol y de luna y mientras tanto licitar obras millonarias que siempre se suelen hacer por donde atardece. Podría dar un golpe de Estado.... por su carácter, digo, no vaya a pensar nadie que me refiero a su bigote. Mi hermano Alfonso Martínez estaba tan enfadado con ella por sus repetidos incumplimientos que decidió boicotearla el acto: no se puso ni camisa ni zapatos y se acercó a ella en plan Follonero. Decían que el eclipse era una fenómeno que no se volverá a repetir hasta el año 2017, pero yo estoy seguro de que Ana Pastor volverá a León antes del 24 de mayo. Es el tiempo de magia, que los grandes almacenes consideran que es la Navidad, pero lo cierto es que la época preelectoral también adelanta muchos acontecimientos meteorológicos, como hace El Corte Inglés con la primavera.En estos tiempos, si sale usted a la calle corre el riesgo de verse abrazado por algún candidato, abrazos de «plas plas plas», que dice Luis Cañón. Si los quiere evitar, le puedo dar un consejo que no ha pedido, un consejo que aprendí del mejor arranque de película que recuerdo.Se trata de ‘Todo es mentira’, dirigida por Álvaro Fernández Armero, que en su secuencia inicialpresenta a Coque Malla deambulando por los bares de la noche madrileña hasta que tropieza con lo que se podría considerar una perturbada, interpretada en esta ocasión por Nathalie Seseña, perturbada que le termina acompañando a casa, donde al llegar decide quedarse con el argumento de que es muy tarde para volver a la suya y que un taxi le iba a costar demasiado dinero. Tras fisgar descaradamente los detalles del piso, la perturbada se desnuda y se mete en la cama de Coque Malla, que no sale de su asombro y, obviamente, decide también desnudarse y meterse también bajo las sábanas.Al primer contacto, ella dice que no quiere que la acaricie. Un denso silencio. Ella añade: «No me acaricies pero me puedes abrazar». Él, muy digno, se da la vuelta, apaga la luz y, ya con la pantalla en negro, le responde:«Que te abrace tu puta madre».
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