El desprendimiento de un argayo en la autopista del Luna, que comunica León y Asturias, ha evidenciado la debilidad de las comunicaciones entre ambas provincias. El argayo mostró como única alternativa la ruta del Puerto de Pajares, donde se produjeron atascos y retenciones kilométricas. Llegar a Gijón desde León ha supuesto hasta cuatro horas de viaje, que es más del doble de lo que se tarda normalmente. Se ha omitido el impacto económico de este incidente sobre la economía general.
León y Asturias tienen una franja de contacto, que discurre sobre la Cordillera Cantábrica, de 170 km. Es, con mucha diferencia, la mayor sutura de cualquiera de las dos provincias con otra vecina. Racionalmente resulta insólito que solo exista una vía rápida: la autopista, que es de pago, además. Una franja de esa longitud, 170 km debería tener al menos dos vías rápidas más: una por oriente y otra por occidente.
En el caso de una nueva vía rápida por el trayecto oriental, la lógica hace pensar en el Puerto de San Isidro, que habría que sortear por debajo mediante un túnel. Las vías de acceso hasta el pie de monte tienen cierta calidad y podrían servir de base para realizar esta vía rápida.
Por el occidente el trayecto es doble. Actualmente existe una plataforma que permite tender con rapidez una vía rápida desde Ponferrada hasta Cangas de Narcea por el Puerto de Valdeprado. La base para poner encima una carretera ya existe. Solo requiere las inversiones necesarias para atravesar la Cordillera. Por tanto, su puesta en servicio puede ser inmediata. Sin embargo, hay una segunda vía imprescindible, que está por hacer: la que una Villablino con Cangas de Narcea utilizando túneles; túneles que deben ser un estándar en León, la provincia más montañosa del país, o Asturias.
La doble vía occidental, Valdeprado y túnel de Leitariegos, es más que una simple alternativa a la Autopista del Luna. Es un corredor que permitiría llegar desde Ponferrada a la costa cantábrica, potenciando su carácter de nudo de comunicaciones. El trayecto uniría el área más poblada de la montaña occidental leonesa y de la asturiana, dando como resultado la aglomeración de los 25.000 habitantes del Narcea con los 10.000 de Laciana y Ribas del Sil.
Ambos proyectos son críticos para el desarrollo del noroeste español. Las administraciones del Principado y de la Junta deben actuar como interlocutores con el Gobierno Central. La Junta debería abandonar la postura inane con las comunicaciones hacia Asturias y Galicia, o caminaremos aún más deprisa hacia la Autonomía Leonesa, que resolverá mejor estas necesidades de carácter regional y nacional.