El poder corrompe, soluciona, crea, ayuda y también provoca miseria…, según el comportamiento de las personas. La única forma de servir al pueblo una vez que te has presentado a las elecciones y has sido elegido no es el brillo personal, ni el cultivo de las ambiciones propias, ni dejarse arrullar por las viejas voces de la adulación y el ocio, sino cumplir el mandato del pueblo y contribuir al bienestar y progreso de la nación. Nunca usar el poder para tu propio partido o intereses no confesables de grupos y arribistas de turno.
En los últimos tiempos, España, que se había dado un sistema de entendimiento y concordia, asiste a un mal sueño en el que varios sujetos repiten en un bucle, como en una mala película, que hay que romper ese acuerdo mayoritario y consensuado que nos ha dado un sistema constitucional amparado en una convivencia sin convulsiones y con alternancias, cuando lo que habría que estar trabajando es en la evolución y la reforma de ciertos aspectos que no se han definido bien o que no se contemplaron en su momento.
Cualquier sistema democrático en cualquier parte del mundo, si se duerme en los laureles y no hace su trabajo de atención al ciudadano y actualización de aquello que funciona mal, corre el peligro de incorporar ese monstruo de la autocracia, porque individuos de esas características existen y están silentes, pero cuando detectan que la sociedad se deja pastorear surgen con un denuedo especial proporcional al descaro de sus propuestas casi demenciales.
Y si tenemos una política de ese tono en muchos lugares del mundo, casi a la vez, es por diversas circunstancias y causas que trataremos de enumerar sucintamente.
1. Una mentalidad universal de grupos que ansían el poder por encima de todo.
2. Un cambio populista fragmentando las políticas nacionales, debilitando el poder constituido.
3. Usan la estructura política actual de forma que se puedan hacer cambios poco ortodoxos en la convivencia, la educación, sanidad, estructuras gubernamentales y disposición administrativa de la nación, tratando de que se pierda ese sentido nacional.
4. Estimulan a los grupos que promocionan la independencia del tronco común.
5. Colonizan todos los medios de información de cualquier nivel y especialidad, mediante el riego de dinero y provocando que la titularidad de los órganos de publicidad sea cercanos al poder.
6. Obedecen consignas y programas nacidos de la internacional que desea el cambio global de acuerdo con esas normas
7. Deterioro de los valores humanos
Una vez establecidas las coordenadas, miremos a nuestro alrededor porque seguro que en la vida social existe alguien con características de la definición y no digamos ya en los escalafones de la ambición política.
En la vida real existe este tipo de personas porque se caracterizan por una especie de psicopatía, ya que gozan con tener a todos bajo su yugo y dependencia siendo ajenos a los estímulos y sensaciones humanas, a no ser aquellas que dimanan de su propio ego muestran adoración por el líder.
Lo raro es que, existiendo medios para proveerse de información fidedigna, la juventud, por ejemplo, incurra en errores graves promocionando este tipo de perfiles tan nefastos para todos, porque ellos, los jóvenes han de tomar el relevo con dignidad y superación.