No sé quién fue el psicópata que me desveló que los Reyes Magos eran los padres, uno de los misterios de la infancia, esa tierna ilusión que cuando se profana con un acertado pero repugnante testimonio se erosiona en nosotros una de las primeras heridas que domestican nuestra infancia abriendo la veda de la edad adulta. Cuando nuestros progenitores construyen esa historia, ese relato fantasioso sostenido con el principal argumento de la ilusión, no lo hacen para engañarnos, sino para inocular en nuestro corazón la magia de la Navidad, invocar en una tierna conciencia el espíritu navideño. A muchos nos encanta este tiempo quizá porque recordamos esa vida pasada de la primera juventud en la que nada importaba, en la que la virginidad existencial hacía posible que naciera la capacidad de sorprendernos.
Siento decirlo, pero creo que la región leonesa también son los padres. Más que los padres, los políticos. Al ver al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, felicitar el año usando el entorno de la Catedral de León como decorado de una puesta en escena, mi intuición me dice que nos están tomando el pelo. Si nuestros padres nos creaban una ilusión con un motivo netamente providencial y entrañable, Mañueco nos está generando expectativas no pensando en nosotros sino en sus propios intereses de cara a unas previsibles elecciones autonómicas de 2025. No son más que gestos, seducciones de zalamero que provocan el despecho en el sujeto deseado. Me estoy acordando de Carles Puigdemont y su resentimiento con Pedro Sánchez, que le prometió que iba a volver a ser príncipe del ducado y no es ni duque de sus fueros. Lo próximo será hacer Consejos del Gobierno autonómico en la Colegiata de San Isidoro como el ejecutivo central convocó consejo de ministros en la Llotja de Mar en Barcelona allá por el 2018. Se sucederán las carantoñas, contratarán a una compañía de baile leonés para que deleite al alcalde de León y al presidente de la Diputación, remarcarán la ‘y’ griega que nos distingue de Castilla, pero seguiremos sin recibir la financiación que merecemos.
Nuestros padres por lo menos leían las cartas, estos usarán el papel para avivar un sentido de pertenencia impostado por los padres de la Constitución y su engendro autonómico.
La autonomía leonesa son los padres
06/01/2025
Actualizado a
06/01/2025
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