De la nostalgia también se vive, aunque parezca un pensamiento que no pasa del mero susurro romántico. Pero somos recuerdo más que futuro y eso en el Bierzo encaja a la perfección con la mirada al atrás inmediato que nos han hecho vivir por decreto y por progreso. Planes de reconversión, de reindustrialización, de transición…toda una fila de puntos y seguidos que nos han ido llevando, casi nunca paulatinamente, a cambiar el obrador del pan de sitio. Punto y final.
Carbón y dólar fueron de la mano durante años en la comarca, pero la mina se desdibujaba en el futuro que se veía muy lejos desde la oscuridad de los pozos con nombre de mujer. Miramos al cielo más que a la planta baja de una mina que se deshacía entre los dedos ennegrecidos de los picadores. Y dejó de palpitar el corazón minero. Y las calefacciones se pasaron a apellidar biomasa, gas, electricidad... Un mundo abierto que ahora pide paso y espacio. Y casi es obligado concederlo, porque muerto el perro… aunque seamos testigos de otro final, el de un paisaje que aún no ha sido sometido. Somos recuerdo más que futuro y a veces se cose ese mañana desde el ayer.
Solo hay que tirar del hilo como ha hecho Valeria sacando del olvido un patrimonio minero que puede tener una segunda vida. La historiadora de Igüeña ve brotes verdes en el Pozo Casares o en La Recuelga y su optimismo en el aliento recuperado de la industria berciana se ha contagiado al IEB, que le ha entregado el Premio Antonio Estévez por ese listado afable de abandonos encadenados con posibilidades de salir del recuerdo. Le falta mimo al olvido y le sobra espaldas que dar. Es como si se quisieran borrar las huellas de los ancianos que caminaron por otras sendas. Como si del pasado no hubiera lecturas que aprender. Y quien condena lo que fue deja de ser. Somos ciegos ante un espejo que marca el paso de un hoy asesino que, sin remordimientos, hace limpieza al cajón de fotos en blanco y negro. Ya quedan pocas, y huelen a final. Lo peor es que de sus cenizas tampoco se ve nacer un principio. Son ceniceros arrancados al regreso para morir y olvidar que la nostalgia podría ofrecer futuro.