Sidoro, el del Bar Casa Isidoro (en el cartel Bar con Televisión Iberia), como no tenía en la pared azulejos con frases ingeniosas que, por repetidas, dejaban de serlo él te decía el pensamiento en voz alta y como que era un azulejo ‘efímero’, que es un concepto muy urbano eso de lo efímero.
- Llevo toda la vida matando tontos y estuve ayer con el gestor y me dijo que le faltan el doble que cuando empecé.
Se lo decía al primero que entraba, que si era de los habituales le contestaba igual que si le hubiera dicho ¿qué tomas? «Un cortado y una copa de Veterano». Lo malo es cuando venían los veraneantes de primeras, no sabían qué pensar, ¿lo dirá por nosotros? ¿Será un filósofo de lo rural de esos que andan sueltos?
Y cuándo andaba enfrascado en estas disquisiciones le remataba con otra frase suya, otro azulejo efímero que le gustaba colgar en la pared sin clavo. «El chivo cuando es castrón, borrego hasta cierto punto, pero hay quien lo es todo junto: chivo, borrego y castrón».
Que si ya no tenían muy claro qué les quería decir antes... ¿cómo tomar las nuevas tesis filosóficas? se tranquilizaron al ver entrar al cabo de la guardia civil y al ponerles la tapa les dijo: «Aquí os pongo unas patatas, que habrá que darles salida ya que productos del campo ya no quedáis más que la patata y la guardia civil».
Como no fue a mayores la cosa hurgó: «Y dice el periódico que para el Páramo están tirando las patatas al río».
- ¿Qué quiere decir?; le preguntó el veraneante de variz al aire y sandalias con calcetines blancos, que se debió venir arriba al ver que si la cosa se ponía fea contaba con el respaldo de ‘la pareja’, que además estaba de servicio.
- Que el chivo cuando es castrón borrego hasta cierto punto, pero hay quien lo es todo junto: chivo, borrego y castrón.
Y se quedó tan tranquilo.
Es lo que tiene trabajar de azulejo efímero, que si no lo sabe la gente no te acaba de entender.