Potingue, Cachibache, Tolosabe, Chiripa, Carasucia y Mecachis, entre otros muchos, nos enseñan la importancia de cuidar el medio ambiente. Son los ‘bellotines’, unos pequeños personajes que habitan en el bosque y que ven cómo los ‘seres de dos patas’ –adivina quiénes son…– les acaban obligando a abandonar su hogar, Aldea Mostolilla, y emprenden un largo viaje en busca de un lugar en el que establecerse…
A finales de octubre de 2023 –no hace ni un año–, sin más pretensión que la de dotar de ‘personalidad’ a una bellota –poniéndole cabeza, y sombrero, y piernas y brazos; y añadiéndole un catalejo– nacía Miraver, el primero de los dos centenares de bellotines que hoy, a través de sus andanzas, nos enseñan a ver las cosas desde otro prisma. Y a respetar la naturaleza, claro.
Y lo hacen, principalmente, gracias a las redes sociales. En Instagram crearon la cuenta ‘@losbellotines’ a finales de noviembre del año pasado, y somos ya más de once mil los seguidores pendientes de sus peripecias. Que enganchan, créeme. Si aún no eres uno de ellos, no sé a qué esperas…
Todo se debe a Javier Cuesta del Pozo, afincado desde hace tiempo en el Bierzo Alto –puedo presumir de conocerle desde que estudiábamos en el colegio San Claudio, en la capital leonesa–, y en contacto constante con la naturaleza. No solo hace los bellotines –y cuanto necesita para sus escenas: casas, puentes…– artesanalmente y prácticamente todo con elementos naturales, sino que aprovecha cuando va al monte –en buena medida, en nuestra provincia–, muchas veces con su pareja, Beatriz –también de San Claudio, dicho sea de paso; y que tiene mucho que ver con su presencia en las redes sociales–, y con su perro, Fito, para hacer las fotos; escribe los textos… El resultado final siempre sorprende.
Por cierto… Las aventuras de estos personajes han visto también la luz en un libro, publicado por la editorial Péndula, que presentaba el propio Cuesta el sábado pasado: ‘Los Bellotines en busca del Valle Perdido’. Una delicia.