27/01/2025
 Actualizado a 27/01/2025
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Hay besos que no llegan a llenarse, o bien porque el cariño se derrama antes de llegar a ellos, o porque quien sostiene el vaso, lo retira antes. y los deja caer el suelo. Hay besos vacíos porque no los usa nadie. Eso es lo que vimos el glorioso día de la coronación del XLVII presidente de los USA, Sr. Trump, el pasado 20 de enero. Su esposa, Melania, alta, delgada, esbelta y rubia, se había colocado un sombrero azul de ala ancha, un outfit 100% americano, que impidió que los labios de su marido llegaran hasta su rostro cuando intentó besarla después de coronado en el Capitolio, y ante presidentes anteriores y autoridades presentes.

El lo intentó, pero fue imposible. El mundo, conmovido ante las pantallas, aguardaba un esto de la mujer, un detalle, una ayuda; pero no llegaron nunca. Y el Sr. Presidente del país más próspero del mundo, que llevaba casi una hora propagando su deseos de llevar a su país a alcanzar la cumbre de las cumbres, se hubo de conformar y retirar su boca.

Le duró media jornada su gloria. La cabalgata de coches, la gente, los saludos, la jura, las canciones, el ruido, las bendiciones, para que, en un instante, medio mundo (El otro medio estaba sin electricidad o sin televisores) percibiera que todo aquel poder de aquel gran hombre estaba en manos, en realidad, de su querida esposa. De Melania, la elegancia hecha persona. Un sombrero apenas. Un sombrero azul con una cinta blanca. Un insignificante objeto, al alcance de cualquier mujer, fue capaz de demostrarle al mundo que aquel hombre que pregonaba su poder y amenazaba al mundo con su final, y el comienzo de una era de prosperidad sin cuento para sus súbditos (Primero América) no era mas que una fanfarronada, un alarde, una soflama, un intento de engañar a todos por parte de un sediento de poder y fama, rodeado, y arropado, por el hombre más rico del mundo, por el hijo más alto de estatura, por la mujer más guapa.

Una madre y un beso vacío. Todo un comienzo. Una nueva religión. En lugar del sólo el sí es sí: un sombrero azul «outfit 100 % americano. Una madre que pone las cosas en su sitio. Una madre que va a dar a luz a un portal de pastores. Y sin publicidad alguna. Fue así como se creara el cristianismo: «En una provincia remota del imperio romano hasta convertirse en la religión más extendida del mundo» (Jorge de Juan: «Pensar a Dios» pág. 9).

La religión del «beso vacío» ya ha llegado.

 

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