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Blindar la libertad

04/01/2025
 Actualizado a 04/01/2025
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Delacroix la pintó en el siglo XIX guiando al pueblo y así debe ser, no deberíamos dar por sentado que somos libres. Por desgracia, la libertad no es una coordenada que debamos dar por garantizada. Hay que blindarla.

Las tiranías del siglo XXI no se instauran, como antes, tras una guerra, se cuelan por la puerta de atrás vestidas de democracia. El César se presenta ante una ciudadanía adormilada como una especie de Mesías que librará a su pueblo de amenazas fascistas. Toma algunas medidas populistas que convencen a los más dependientes y va colonizando todas las instituciones que garantizan la separación de poderes (Fiscalía, Banco de España, Correos, TVE, Tribunal Constitucional), hasta convertirse él en una especie de sumo sacerdote inviolable que gobierna con parlamento o sin él.

Esto lo saben bien en Venezuela. No dejamos de oír en los medios que Maduro tiene los días contados, pero uno de los países más ricos del mundo sigue siendo presa del genocidio, la pobreza y los abusos y no ha logrado aún, ni siquiera a través de las urnas, escapar de las garras del opresor. 

Felipe González dijo hace unos días en su impecable discurso en defensa de Edmundo González Urrutia que una tiranía es una tiranía, da igual el color de su disfraz. Solo espero que el próximo 10 de enero puedan él y Corina Machado ser proclamados  gobernantes electos y que Venezuela recupere su ansiada libertad.

En España apenas queda ya separación de poderes. 2025 comenzará con una subida de impuestos estratosférica, una polarización inducida y el fantasma de Franco ondeando al viento. Todo Régimen necesita su propaganda.

Lo siguiente, ya en marcha, será prohibir que las acusaciones populares denuncien la corrupción en los tribunales e impedir que los jueces sean quienes realicen la instrucción del caso. Se ocupará de ello la Fiscalía que, como dijo el propio Sánchez: «¿de quién depende?» y archivarán las causas. Va a tocar luchar. 

 

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