Mayo ha sido un mes excelente para las Bolsas con subidas generalizadas en prácticamente todos los índices, a pesar de que en las dos últimas semanas algunos de ellos, europeos y americanos, han mostrado síntomas de una fatiga; explicable tras un mes en el que el Dow Jones ha superado los 40.000 por primera vez en su historia, el S&P los 5.300 puntos y el Nasdaq Composite los 17.000, todos ellos batiendo máximos históricos de todos los tiempos.
Al final, el Eurostoxx ha tenido que conformarse con un avance del 1,3 % en el mes y el Dow Jones del 2,3 %, algo mayor pero igualmente modesto en comparación con el 6,88 % que ha subido el Nasdaq en mayo o incluso con las ganancias mensuales del 4,8 % en el S&P o con el 4,3 % que ha subido nuestro Ibex 35 en mayo.
La tecnología es el sector que viene liderando las subidas bursátiles en estos últimos años y, es opinión generalizada, seguirá siendo así. Resultados como los de Nvidia explican el buen comportamiento de un sector que se reinventa día a día y que parece no tiene límites. Un gestor de un fondo tecnológico dice que estamos en el minuto cinco del partido.
Aunque los resultados empresariales mueven al optimismo pues demuestran que las empresas, en general, están sabiendo adaptarse al nuevo entorno de tipos de interés y geopolítico, sin embargo, hay datos que ponen en cuestión ese escenario tan idílico que las Bolsas han dibujado con sus subidas del primer semestre: la revisión a la baja del crecimiento del PIB americano (del 1.6 % al 1.3 %) y una inflación en la zona euro repuntando en mayo (2,6 % frente al 2,4 %) nos recuerdan que frente al escenario de reactivación económica con inflación a la baja -que es el que han descontado los mercados- cabe también el escenario alternativo de un enfriamiento de la economía acompañado de cierta dificultad en rebajar los precios hasta alcanzar el 2 % que es el objetivo de los bancos centrales. Demos tiempo al tiempo.