Si usted es de los que viven en un pueblo pequeño, conocerá bien a todos los vecinos, los miembros de cada familia y hasta los lazos de parentesco entre unos y otros. Incluso conocerá bien a buena parte de la gente de los pueblos de alrededor si es que usted mismo no tiene algún primo o allegado por allí. Esta es una de las ventajas entre otras que tiene el estar lejos de los focos de la multiculturalidad, donde llega gente de todo tipo que nada tienen que ver con el pueblo ni con la gente que lo habita.
Sin embargo, si vive en una ciudad por grande o pequeña que sea ya se habrá dado cuenta no sólo de que a la mayor parte de la gente no la conoce de nada sino que cada vez hay más gente que no ha visto en su vida. Y si vive en un bloque de diez vecinos, antes conocía por nombre y apellidos no sólo a los diez vecinos sino a sus cónyuges e hijos el que los tuviera, mientras que ahora conoce a los de dos o tres pisos, sabe cómo se llaman otros dos por los datos de los buzones y del resto no tiene ni idea.
Por eso, y porque en las nuevas generaciones cada vez uno va más a lo suyo sin preocuparse de los demás, en muchos sitios se están perdiendo aquellas costumbres de la buena vecindad que antaño en los meses de verano dejaban tertulias nocturnas en las calles y a los chavales corriendo por allí a cualquier hora. Como para hacer ahora, según qué lugares, ciertas cosas viendo en lo que se han convertido algunos barrios.
Los pisos turísticos tan en auge en muchas ciudades son otra de las razones para contribuir a la extinción de la buena vecindad. Por no decir que para cientos de vecinos son un verdadero problema que se repite todos los fines de semana y a diario en los meses de verano mientras parece que nadie hace nada por solucionarlo de una manera que puedan convivir unos y otros sino más bien todo lo contrario.
Al menos en los pueblos leoneses todavía no han llegado estas costumbres, así que disfruten mientras puedan del privilegio de conocer a todos sus vecinos y de saber que si necesitan que le echen una mano tienen a alguien con quien contar para más que para estar grabando con el móvil o para pasar de largo en el mejor de los casos.