21/11/2024
 Actualizado a 21/11/2024
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Lo que peor llevo de esta tragedia de la gota fría, (además de los doscientos y bastantes muertos), es aguantar a los carroñeros de toda laya y condición que se han abalanzado como sus congéneres animales sobre la muerte y la podredumbre sin ningún tipo de límite y pudor. Lo peor del caso es que son periodistas... Por conseguir una imagen tétrica y desoladora son capaces de hacer cualquier cosa; como por demostrar que ellos son los más indignados por la inacción de las administraciones...; bueno, la verdad es que esto no es del todo cierto: lo correcto sería decir que se indignan por lo mal que lo han hecho las administraciones que no son de su cuerda o ideología. Si leéis ‘El País’, ‘La Vanguardia’, ‘El Plural’, ‘Esdiario’ o ‘Público’ (por poner algún ejemplo, aunque podría añadir varios más), si escucháis la Ser o veis TVE1 o La Sexta, toda la culpa la tiene el Gobierno valenciano, con Mazón a la cabeza. Si, por el contrario, leéis ‘El Mundo’, ‘La Razón’, ‘El Debate’ o ‘The Objetive’, escucháis la Cope o veis los telediarios de Vicente Vallés, en Antena3, los que han metido la pata hasta el corvejón son los ministros de Defensa, de Interior, de Transición Ecológica y de Transportes, con el Presidente Sánchez de mandamás y sumo hacedor. Uno, que para escribir cualquier cosa procura documentarse, ha sufrido lo indecible leyendo, oyendo y viendo todas estas basuras durante tres días seguidos y se ha prometido no volver a hacerlo en lo que le quede de vida. Al final, no hay como no salirse de la rodera, por lo que he vuelto a leer solamente ‘La Nueva Crónica’, el ‘Diario de Valderrueda ‘y los periódicos rusos de cabecera, a escuchar Radio3 y Radio Clásica y a ver los documentales de DMAX. ¿Cómo es posible que dos periodistas que están en el mismo lugar, viendo las mismas desgracias y entrevistando a los mismo afectados, lleguen a conclusiones tan diametralmente opuestas? Pues porque los que los mandan se preocupan más de su cuenta de resultados que de la verdad; así de simple, así de jodido de entender. Después de todo este tiempo de penitencia (tres días horribilis), uno por fuerza llega a la conclusión de que todo es mentira...; o media verdad, que aún es peor, y que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Estas estúpidas incongruencias, llegan también a los académicos de la RAE. Muñoz Molina escribió un artículo en ‘El País’, dónde defendía la huida de Pedro Sánchez de los sucesos de Paiporta, cuándo llenaron de barro, le intentaron atizar con un palo e insultaron a base de bien al mentado y a los Reyes. Como también defendía a los diputados que en el ‘Tejeretazo’ se escondieron debajo de sus escaños, asustados por la ‘balacera’ de la guardia civil. En otro artículo en ‘El Mundo’, Pérez Reverte lo contestó de muy mala manera: sólo le faltó llamarlo «gallina». Defendía el cartagenero en su artículo a Suárez, a Gutiérrez Mellado y a Santiago Carrillo, que se quedaron quietos y firmes, impasible el ademán, ante los tiros de la benemérita en el Congreso de los Diputados. Y defendía a los Reyes, porque habían dado la cara ante la ira de los afectados por el desastre. ¡Claro!, si defiendes a los Reyes es que llamas cobarde al Presidente del Gobierno, que huyó del altercado como un conejo asustado... Que dos académicos de la lengua entren al trapo con tales tonterías, da idea de hasta dónde hemos llegado como incultura, como país. Uno, que al final es listo con cojones, hace bien en haber leído sólo un libro de cada uno. Son malos con avaricia y, lo peor, ‘bastantico sectareos’. Uno se pregunta cómo han podido llegar a ocupar un sillón en la RAE, y no obtiene respuesta plausible, fuera del marketing que acompaña a los ‘superventas’ mimados por la editoriales de postín. Uno sigue preguntándose por qué Gamoneda no ocupa, desde hace tiempo, un sillón en esa institución. Y lo mismo se puede decir de Pereira, el mejor cuentista español de la segunda mitad del pasado siglo... Y que conste que pongo el nombre de dos leoneses porque uno se lo merecía y el otro se lo merecía y se lo merece, no porque sean paisanos. Somos, lo mires por dónde lo mires, una mierda de país. A raíz del artículo de la semana pasada, un amigo, muy visceral, muy dado a órdagos a la grande, me mandó un mensaje en el que, resumiendo, decía «por lo visto, las desgracias siempre les tocan a los pobres»; no le contesté porque era tan obvio lo que decía que la respuesta se daba por supuesta. Claro que sí, amigo, las desgracias siempre les tocan a los mismos. Sólo hay que recordar, por ejemplo, que las guerras las fomentan los burgueses pero nunca pelean en ellas. Los que mueren son los hijos de los obreros y de los campesinos. Por todo esto, a pesar de mi edad, de mi familia y de mis amigos (a los que me costará mucho dejar atrás), tengo la intención de largarme, ya mismo, a Burkina Faso, haciendo al revés la travesía que realizan, a costa de sus vidas, los nativos de aquel país para venir a Europa. El caso es que uno realizará el viaje en avión y casi seguro que llegaré sano y salvo, no como ellos, que se la juegan en las aguas del Atlántico... Salud y anarquía.

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