‘Capitanes’

27/06/2024
 Actualizado a 27/06/2024
Guardar

Parece una satírica casualidad que los partidos de la Eurocopa y de la Copa América coincidan con la celebración del Orgullo. Es irónico también que por estas fechas sean varios los clubes de fútbol que colocan los colores LGTBI en sus perfiles –como tantas empresas que lavan su fachada con detergente rosa– abriendo la veda, claro está, a miles de lamentos e insultos homófobos por  parte de los hinchas del deporte rey. La falsedad de los clubes no puede ser más evidente, pues no escucharemos en ningún momento el apoyo directo de ningún futbolista al colectivo –que es lo que es– y una salida pública del armario resulta todavía inconcebible en un ámbito que palmea culos, sí, pero desde lo más macho. Realmente es fácil comprender que el 14% de los futbolistas que no son heterosexuales –tirando de estadísticas– prefieran mantenerlo en secreto, pues sólo hace falta recordar lo que ocurrió con Justin Fashanu en los 90 –que además era negro– o cómo han atacado hace unas semanas a Mbappé, simplemente por defender que la ultraderecha resulta un auténtico peligro para un migrante y para cualquiera.  

Con este caldo de cultivo que me trago todos estos días, entre información y fútbol –que a mí también me gusta como todo gran evento deportivo y de entretenimiento– me sorprendió ver que en el Festival de Cine de Valencia han presentado un cortometraje perfecto para remover la conciencia del  hetero que pega al balón, que a veces deja de serlo en según qué vestuarios. Aún sólo se ha hecho público el tráiler, pero ‘Capitanes’ parece reflejar con valor esa opresión del arcoíris vigente aún en el mundo del fútbol, en el que hay más insultos de ‘maricón’ que gritos de ‘guapa’ a la Virgen en Sevilla. El corto hace bailar a los protagonistas entre el estrés por el partido y su tensión sexual no resuelta y lo hace además a ritmo de pasodoble, porque sabido es que el gusto cañí abunda en el colectivo y en ese cine que impulsó el maestro manchego.  

Una vez más, la pantalla va más allá de lo que la sociedad es capaz de afrontar y sirvan estas líneas para agradecer a tantas empresas de comunicación que, aunque se lucren con ello, apuestan por dar voz a los guionistas y directores que quieren hacer ficciones y documentales que de verdad son motivo de orgullo. A las que nos enseñan cómo empezó la lucha en los 70, manteniendo la memoria de las movilizaciones pioneras, y a los que retratan las realidades, miedos y confusiones que disfrutan y padecen hoy las personas LGTBI. No creo que sea difícil de entender que es necesario un espejo en el que mirarse, para aprender, madurar y mirar hacia delante con seguridad, como tampoco lo es que un lugar valiente que hace visible la bandera del Orgullo aporta esa confianza que hace falta donde no la hay. Sea un estadio, una casa, un bar o una ciudad. 

Lo más leído