Estoy seguro de que en Villalfeide –un pequeño pueblo de la Montaña Central, en el municipio de Matallana de Torío, a unos 35 kilómetros al norte de la capital leonesa– ya tienen todo prácticamente preparado para el Domingo Gordo, el que precede al carnaval –o al Miércoles de Ceniza, que tanto da–, para el que solo faltan cuatro días. Volverán entonces a salir ‘Los Caretos’, sus tradicionales antruejos, recuperados en 2017 tras más de treinta años perdidos. Si tienes ocasión, acércate hasta allí; yo estuve el año pasado y te puedo asegurar que lo pasarás en grande…
Está previsto que la jornada comience a las doce en punto del mediodía, aunque un ratín antes ya se dejarán ver los distintos personajes por las calles, en las inmediaciones de la plaza de la Libertad, que es en donde comienza el desfile. Y que está, por cierto, muy cerca del ‘Shambhala Café’ –mucho más que un bar, el ‘centro neurálgico’ del pueblo– que atiende Juanjo; así que puedes aprovechar para tomar algo antes de que empiece…
Panderos y panderetas –que marcarán el ritmo para cantar, claro–, junto con el sonido de los cencerros de los caretos, pondrán la ‘banda sonora’ a un día con ‘sabor’ tradicional en el que los protagonistas son de lo más peculiar: no suelen faltar un toro, una vieja –que pide el aguinaldo y reparte rosquillas–, una jirafa –que no duda en asomarse a las ventanas de la planta de arriba de las casas–… ni unos cuantos personajes ataviados con pieles de animales, mantas, sacos, cortezas de árboles… Algunos, por cierto, van tirando ceniza a los pies de la gente –símbolo, tal vez, de fertilidad–; pero hay uno, cubierto por completo con elementos vegetales, que tiene siempre las manos manchadas de añil y, cuando menos te lo esperas, te pinta la cara de azul. No, yo no me libré…
Tras recorrer las calles del pueblo, el desfile finalizará de nuevo en la plaza, con personajes y público cantando y bailando justo antes de la paella popular que pondrá el punto final a la jornada. Que aproveche.