Imagen Juan María García Campal

Carta a unos Poetas mayores

09/07/2023
 Actualizado a 09/07/2023
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Ayer a la tarde, entristecido por no alcanzar a comprender ni el fallo ni la unanimidad (que mi corazón aún precisa dudar) del jurado de la cuarta edición del Premio de Poesía joven de la Fundación Monteleón porque «ninguno de los poemarios presentados ha alcanzado la relevancia exigible a una obra que ha de distinguirse por su nivel de excelencia», sentí unas enormes ganas de poder escribir una carta a setenta y cinco jóvenes poetas cual fuera yo un Rilke, un Margarit. No una carta pedagógica obviamente, qué podría yo enseñarles, sino una carta de consuelo y ánimo, de esperanza. Mas, conociéndome, seguro me saldría un pésimo discurso, pretendido irónico, así como al modo del dirigido a los jóvenes por mi admirado Ángel González.

Así que, no siendo poeta ni joven, sino, y como mucho, un desmañado ‘incurable aprendiz de escribidor’ de renglones de varia longitud que excede en tres su edad media, oso escribirles esta carta tan sólo como sencillo –y seguro también torpe– lector y escuchador de poesía tanto de maestros consagrados, entre los que sé a ustedes, aun no siempre me conmuevan ni gusten sus poéticas creaciones, como de otros poetas, bien en plena madurez, bien en maduración, así como de noveles de variada edad y estilo y que, como ustedes, me emocionan con algunos de sus poemas así como con otros me dejan indiferente si no helado, y por el simple hecho de creer que mi silencio como tal lector me haría cómplice del muy posible desánimo si no silenciamiento definitivo de algún poeta joven o no, novel o no.

¿Qué les ha pasado a sus corazones Poetas mayores? ¿Ha sido el tiempo, los años vividos, quien se lo ha endurecido? ¿Han sido las desmemorias que, a veces, provocan presentes y futuros? ¿Nada recuerdan ya de su hacerse poetas hasta hoy saberse Poetas mayores capaces de exigir a los jóvenes un «nivel de excelencia»? ¿Tienen ustedes mismos toda su obra publicada por excelente? ¿Qué base de las que regulan el certamen literario exige dicho «nivel de excelencia»? ¿No fijan más exactamente que “el jurado podrá declarar desierto el Premio por falta de presentación de obras –(obviedad)–, por la baja calidad de las mismas o por incumplimiento de las presentes bases»? ¿Eran los setenta y cinco poemarios de ‘baja calidad’? ¿Ninguno les conmovió mínimamente? Parafraseando a Anise Koltz, ¿ninguno amansaba las palabras y las hacia cantar con los canarios?, ¿ninguno, alcanzadas las palabras, las cazó, les arrancó alas y patas y las puso boca arriba?, ¿ninguno estalló en sus bocas, ninguno crujió en sus dientes?

¿De verdad se reunieron en la humanística Biblioteca Azcárate? ¿Seguro no fallaron y follaron el certamen desde un primoroso, divino Parnaso?

¿Qué les pasa a sus corazones, Poetas mayores?, ¿qué a sus recuerdos? ¿Sigue la Poesía siendo cantar humano o nos la están elitizando presuntos, supuestos dioses?

A todos: ¡salud, versos y párrafos!
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