Soy de hacer las cosas a última hora, unas veces por mi culpa y otras veces por la de terceros. He tenido una semana para escribir esta opinión, pero el bueno (por decir algo) de mi compañero Jesús Coca me ha recordado que me tocaba escribir a mí a poco rato para el cierre del periódico. Las prisas no suelen ser buenas, ni para escribir ni para casi nada, aunque reconozco que trabajo mejor bajo presión. Compré el anillo con el que pedí matrimonio a mi mujer unas horas antes de marcharme al viaje en el que planeaba hincar rodilla, todo porque mi paranoia me llevaba a pensar en que alguien conocido me vería y descubriría mis planes. Sirva la anécdota como muestra de la forma en la que trabaja mi cabeza y como excusa a sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, a los que seguramente les gustaría trabajar con más antelación pero... para unos reyes que trabajan no les va a quedar otra que hacer el esfuerzo.
No se lo voy a poner tampoco muy difícil, porque para mí, o mejor dicho, para lo único que me importa, solo le voy a pedir una cosa: salud. Es por eso que como me he portado muy bien este año y seguro que tengo margen para pedir alguna cosa más, me voy a permitir el lujo de dejar una pequeña lista de peticiones que estarían bien para que este 2025 no fuera uno más en el que la provincia de León siguiera retrociendo.
Estaría bien que nos echasen una mano convenciendo a las instituciones y a las empresas de que esta tierra tiene mucho que ofrecer y eso permitiese generar empleo de calidad, que la gente joven no se tenga que marchar y eso redunde en que la provincia no siga liderando todas las estadísticas negativas económicas y demográficas del país. Transportes dignos, infraestructuras del siglo en el que vivimos y si están poco generosos, que al menos de no darnos, no nos quiten. Además, si me preguntan y tienen un rato, no me importaría tampoco que echasen una mano con el tema de la pelotita. Esos tiros de Manu Justo o Chacón que parece que se van, metánlos para dentro y si están dadivosos, lo de la pelota naranja no estaría mal tampoco. Pórtense bien, que nos lo merecemos.