miguel-soto.jpg

‘Catte leré’

16/02/2025
 Actualizado a 16/02/2025
Guardar

Llevo unas semanas viendo construir un parque y fluyo de buen rollo cada vez que contemplo avances. Empecé ‘ilusidecepcionado’ por observar cómo encajaban en el hormigón la base de unos balancines con forma de caballito de madera con fregona rústica despeluchada por cola. Pero ahora que están echando al piso el caucho amortiguador (que sí, que podría ser un disruptor endocrino) me mola mucho. Lo aplican con mucha maestría con llana como si fuese yeso, con la complicación añadida de que se pone duro rápidamente por las resinas. La mayoría de los paños son amarillos (que sí, de los peores pigmentos por contener aluminio) y hay algunos azul claro y beige, conque los colores son amores. 

El parque se encuentra abierto, en una calle arbolada y peatonalizada por la presión de la AFA (cuidado con ellas) de un colegio con cuyos muros limita. Tiene los elementos de juego instalados sobre una ampliación de los alcorques de manera que las copas de los árboles se tumban cubriéndolos dándoles sombra, en una maravilla adaptativa de esas que logran los árboles al besarse. En la semana de San Valentín todo es amor.

Claro, lo anterior no sucede en el centrísimo de León precisamente, porque aquí, preocupantemente, no hay parques como tampoco hay colegios (públicos, al menos) lo cual puede que sea el factor definitivo. La excepción es la última reforma del Cid, que vino para salvar a quien anda con niños por el centro, a pesar de lo sombrío y húmedo. No se entiende que no haya más parques en los centracos urbanos, con lo bonitos y socorridos que son, ingenios sencillos bien pensados y ejecutados con una decencia (y estándares europeos) tal que ayuda a que aguanten carros, carretas, adolescentes, yonquis y amantes. 

Levantar un «catte, leré» (al decir de mi neologista preferida), con esa frugalidad de equipamiento minimalista que suelen contener era algo que deseaba ver desde que este verano casi estrenamos el de Lumajo, ese pueblo de la Babia ignota que luce uno al fondo del fondo, en un gesto de amor, a la infancia en este caso .

Sabe dios que me congratulo por haber tenido esta oportunidad. 

Lo más leído