La sociología política del momento no ofrece análisis desprovistos de sectarismo y oportunismo porque lo que se lleva hoy es adorar al poder, revestir el fracaso y que las subvenciones que mantienen el pesebre político sea cual sea el color de la camiseta monclovita tengan fluidez para mantenerse.
Los Populares que estaban cómodamente instalados en sus poltronas cifraban su tancredismo en que el pueblo español suele soportar con estoicismo todas las fechorías que se le perpetran y así no se dieron cuenta de que la cuerda se tensaba con peligro de romperse y además le puede dar a uno en plena cara y producir un malestar desagradable.
Así que vamos a tratar sucintamente las causas por las que un partido que recibió el legado y confianza de todo un pueblo , cómo, paulatinamente, fue dilapidando esa renta de confianza y fue postergado de forma un tanto extraña.
Nadie duda de que los populares sortearon el rescate financiero con éxito pero se les olvidó reconocer a posteriori el esfuerzo del pueblo español que estuvo asfixiado en su economía y que cuando observó que afloraban los beneficios importantes ,los sueldos de la mayoría, que es de donde salen los votos, quedaban postergados, como siempre.
Al Gobierno de los populares se les llenó la boca de éxito, fotos en Europa, reuniones, medallas, elogios de los ‘amigos de Rajoy’ en el Consejo de Europa y en el Parlamento pero se olvidaron de transmitir al pueblo las luces y las sombras de su gestión y cuando decidieron lo contrario era tarde porque los rivales tenían copados ‘los medios de comunicación’ con la artillería dialéctica característica, su demagogia y marketing que machacaba sin piedad.
Las reformas urgentes que tanto necesita la sociedad española, tanto constitucionales como administrativas y electorales, durmieron el sueño de los justos, con la consabida decepción de las gentes de base.
Las concesiones realizadas a los grupos nacionalistas que llevan el signo y la vocación de romper España y, mientras tanto, aprovecharse de su patrimonio y presupuestos, se vieron reflejadas primero en el aquelarre catalán, muy mal solucionado por la aplicación timorata y ridícula del artículo 155, la convocatoria de unas elecciones autonómicas inadecuadas sin haber resuelto el problema golpista y una actuación sin tener en cuenta a la población catalana que se siente identificada con España.
Los Populares fueron influenciados por un sistema y postulados que ya venían del zapaterismo y que ellos mantuvieron sin hacer valer la mayoría absoluta con el fin de cambiarlos ya que siempre tienen complejo de ejercer cuando alcanzan el poder porque nunca han tenido una idea de centro derecha sólida y firme y sí un temor que no tiene la izquierda y que se atreve con todo , incluso a cuestionar las evidencias históricas.
La tuerca económica del ‘montorismo’, mejor será decir ‘bota malaya’ se aplicó sin duelo sobre las clases populares y medias, terminando con una base electoral importante en Ciudadanos y ahora hacia Vox y otras formaciones, ante el lamentable espectáculo que siguen dando los populares. Esta actuación de recaudadores impositivos ha sido ejercida esencialmente por unos ayuntamientos deficitarios que han tenido una visión municipal faraónica y de gasto suntuario, todo lo cual ha acrecentado notablemente los casos de corrupción de los que se ha servido la oposición a manera de martillo pilón y en un ejercicio descarado también de hipocresía política porque también están tocados por el mismo cáncer, sólo que esta oposición demagógica dispone de la fábrica propagandística adecuada.
El empecinamiento de su Presidente en usar el plasma, huir de la explicación inmediata aclarando los puntos graves, dejar que se pudrieran los problemas al estilo gallego para dejarse sorprender por aquellos que sólo anhelaban pisar moqueta.
En definitiva los populares perdieron su personalidad, no cumplieron su programa, traicionaron a su electorado y cifraron todo en el éxito económico y no disponiendo de sensibilidad adecuada hacia las capas más necesitadas en sus sueldos, pensiones y asistencias.
La política debe servir para solucionar los problemas de las sociedades y afrontar las reformas necesarias para, realizarlo todo sin traumas ni sobresaltos, siendo la justicia social y el bienestar de la ciudadanía sus objetivos primordiales.
La soberbia, los conciliábulos de sociedades secretas influyentes de todo signo, el gobierno de unos pocos elegidos por unos muchos para ejercer según sus veleidades y la falta de sensibilidad y humanidad, al fin y a la postre son castigados con el desalojo del poder.
El único problema que observamos en este asunto es que todo hubiera sido más democrático y normal que si en lugar de utilizar una moción de censura apresurada que perseguía el relumbrón y la moqueta y el desarme por decreto de actuaciones anteriores, hubiera sido más eficaz que el pueblo español hubiera tenido voz y voto en unas elecciones desarrolladas con normalidad.

Causas de la derrota Popular
10/07/2018
Actualizado a
16/09/2019
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