16/11/2023
 Actualizado a 16/11/2023
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En una semana aciaga, en muchísimos sentidos, lo más reconfortante es que le hayan dado el ‘Premio Cervantes’ a Luis Mateo Díez. Sin lugar a dudas se ha hecho justicia, porque el lacianiego se lo merece de todas, todas. No voy a escribir aquí más sobre su obra, porque, en este periódico en los días que van del martes pasado hasta el domingo, lo han hecho gente mucho más informada y brillante que un servidor. Lo que es cierto y verdad es que la literatura leonesa lleva viviendo una época espectacular, en cuanto a la calidad y la cantidad de sus autores, que nació con la revista ‘Espadaña’ y sigue hasta hoy. Mateo, Gamoneda, Aparicio, Llamazares o, el para mi es el más importante de todos, Pereira, desgraciadamente fallecido, han conseguido que esta provincia de menos de quinientos mil habitantes sea como un oasis literario en el panorama nacional. Recordemos que Galicia, la única región que nos puede hacer sombra en cuanto a la cantidad y la calidad de juntaletras, tiene dos millones setecientos mil, casi seis veces más que nosotros, con lo que está todo dicho. Pero es que en las dos o tres semanas pasadas, han presentado libros gente como Artigue, el oscuro, Fernández-Llamazares y David Rubio, el director de este lugar donde aguantan mis bobadas. ¡Algo querrá decir!, digo yo. Y es que cuando la élite es de primera, la cantera suele ser inagotable; que se lo pregunten a los que mandan en el Athletic de Bilbao que llevan haciéndolo ciento veinticinco años y la cosa sigue y sigue...

Digo que la semana pasada fue aciaga porque estamos yendo directos al abismo y, lo peor, es que no queremos darnos cuenta. No, no hablo que las movidas de Sánchez con los unos y con los otros y las manifestaciones violentas o folclóricas que han protestado contra ellas: a mi es algo que me la trae muy floja. Hablo de lo que está sucediendo en Gaza y, por supuesto, en Ucrania. Si esto sigue así, y no dudo que seguirá, lo más probable es que a alguien se le vaya la pinza y tire, queriendo o no, una bomba como la de Hiroshima y todo se vaya a tomar por el culo. Es un riesgo cierto y el que no lo quiera ver es que es un imbécil y un mameluco. Partiendo de esta realidad, lo que no logro comprender es cómo todos los medios de este país (y de Europa, y de los Estados Unidos), sean tan obtusos como para aplaudir con las orejas las atrocidades que perpetran los judíos y los ucranianos y se queden tan anchos. Porque, por ejemplo, antes del 7 de octubre, habían muerto en Gaza más de quinientos palestinos a manos de una fuerza de ocupación, que han logrado hacer de la franja la cárcel a cielo abierto más grande del planeta. Porque, por ejemplo, estos innombrables bombardean los hospitales y resto de los países civilizados callan como muertos ante semejante atrocidad, algo que solo antes hicieron Hitler y sus secuaces. Por supuesto, todos los medios de comunicación occidentales callan como putas ante esta barbarie, aduciendo estupideces que son propagadas por los lobbies judíos y yanquis y que son, al principio y al final, mentiras.

Como apoyar con armas y bagajes todas las trolas que sueltan los ucranianos, los lituanos, los polacos y la madre que los parió a todos, sobre lo que está sucediendo en Ucrania; concretamente en el Donbass y en Lugansk, territorios rusos masacrados por los fascistas seguidores de Bandera. Los medios occidentales, ante estas tropelías, dicen amén y hacen caso a la ‘inteligencia británica’ (que, por cierto, se está luciendo), al Pentágono y al tonto del bote del ‘Alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad’, el Borrell este que, además de ser un patricio catalán, es socialista..., lo último del credo; y de su ama, la Úrsula, la peor de todos los políticos de la Unión Europea, incluyendo a Sánchez, a la Meloni, al Macrón y al nieto de un Teniente General de la SS que manda en Alemania con ayuda de unos descafeinados ‘Verdes’..., que de verde lo único que les queda la estulticia reflejada en su cara, como los que ‘gaseaba’ el amo del III Imperio.

Ante este cóctel diabólico, la gente como tú y como yo, lo único que podemos hacer es rezar al Dios que mejor nos caiga para que no suceda el apocalipsis; y a estas alturas de la película, será imposible, ya que nos han enseñado que creer en ‘Algo Superior’ va en contra de todas la enseñanzas de la Ilustración, de Marx, de Lenin, de Mao y de toda la pléyade de pensadores que odiaban no saber que ocurría en el ‘más allá’...; y no; no hablo de Móstoles.

A uno, lo que de verdad le jode es que, si este desastre sucede, no podrá ocupar su plaza en la Residencia de Mayores de Vegas..., y es una pena, porque Vítorón y el que suscribe habían escogido habitaciones cuando la hicieron. El pobre Víctor no la ocupará, porque murió a destiempo, pero yo sí que quiero, ¡joder! Lo malo del asunto es que la Junta de Castilla y León, ese desastre con patas y muy pocas buenas intenciones, lleva intentando cerrarla o, mejor dicho, privatizarla, los últimos diez años, como poco. Pues se van a joder, porque ¡no pasarán!, y la residencia seguirá funcionando porque es necesaria, porque acoge a gente de la zona que está encantada de que esté abierta y porque a los de Vegas, a necios, no nos gana ni la madre que nos parió.

Salud y anarquía.

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